martes, 31 de mayo de 2011

Vulgarismos




Después de la novillada de ayer lunes me van a tener que reexplicar aquello que es vulgar y eso que es elegante. Resulta que a Victor Barrio, que es un novillero que parece un novillero -que en estos tiempos es todo un logro-, lo llaman vulgar. Por irse a portagaiola a dar trapazos, o quedarse más quieto que la una recibiendo al toro en los medios de aquella manera. Por no perdonar un quite, por desastrado que pueda salir. También por insistir más de la cuenta, por buscarle faena al manso, al inválido o al que sea, en definitiva, por querer ser alguién en esto, mostrando virtudes y defectos propios de la edad. Mientras el de las "buenas maneras" es aquel que torea como si tuviera encima cuarenta años de alternativa y las llaves de tres cortijos, que se conoce todas las trampas del toreo moderno de pé a pá y que no se sonroja al llevarlas a cabo en la Ventas con un novillo de triunfo gordo.

El mundo al revés. Me quedo con la vulgaridad de lo auténtico antes que con lo pomposo de la mentira.

4 comentarios:

Costillares dijo...

Cierto, hoy en dia se ha convertido en noticia que un torero de novillos o toros, me da igual, salga con ganas al ruedo, e intente constantemtente hacer las cosas bien, luego el resultado será el que sea.

Enrique Martín dijo...

Antonio:
No sé si Víctor Barrio es vulgar o no, aunque muchas veces se empeñe en serlo, pero no de esa vulgaridad de toreo basto tipo Fandi o Ferrera, su vulgaridad sería por intentar hacer el toreo moderno y querer agarrarse a él con uñas y dientes. A mi no me ha llenado ninguno de los dos días, excepto en el toro más complicado el primer día, en que estuvo muy decidido y valiente, sabiendo lo que tenía delante y no volviendo la cara. Creo que él puede dar para mucho más que para dar pases y más pases y para torear escondiendo la pierna y metiendo el pico. Lo de las portagayolas y demás, pues lo aguanto, pero no me vuelve loco. Es más, a veces lo veo como una desventaja para él que no le reporta mayor beneficio. Está en edad de aprender y quizás alguien debería decirle que no todo se reduce a derechazos y naturales y a enseñarle dónde tiene que estar en cada momento de la lidia. Igual que a veces podría evitar esa pose hierática y sosona, que puede transmitir frialdad y dejarse llevar un poco más. Vamos, que mi comentario casi ha sido más largo que tu entrada y eso no está bien por mi parte. Un saludo

Gil de O. dijo...

Antonio, maestro, no veas otra cosa en el novel, que no sea la total influencia de las Escuelas Taurinas; más que influencia, imposición de maestros -o lo que sean- que no han sido capaces de pegar un natural en su vida; y si lo hubieren hecho, bien pronto que lo olvidaron, ya que al ser mantenidos, tienen amo a quíen servir, que no es precisamente EL TOREO.
El novel, auténtico diamante en bruto, qué lo era; y mal pulido hoy, puede que esté a tiempo de pegar un giro, con él que y con otras manos buscarle los ángulos del Toreo de la Verdad. Condiciones tiene para ello.
El camino es bien distinto. Saludos

Gil de O.

Antonio Díaz dijo...

Enrique, Victor Barrio no me gustó ayer tanto como el otro día. A lo que voy, generalizando, es a que no me gusta que a un novillero "que está en novillero" se le llame vulgar por tener los fallos propios de la edad, mientras estoy harto de ver jóvenes que imitan a las figuras de mala manera, a los que les lanzan elogios. Y a mi me parece que los vulgares son estos últimos. En definitiva, que un novillero ha de ser un novillero, y no una figurita juvenil.


A los demás, en especial a mi amigo Gil de O. pedirles disculpas por la dejadez en los comentarios y no responderlos, pero es que por estos días ando muy, pero que muy liado, y casi no paso por casa. No me lo tengáis en cuenta.


Saludos