martes, 10 de mayo de 2011

Madrid, Año I d.A.




Arranca la Isidrada del Año Primero después de Arrojado. Primera en la nueva era de la indulticracia. Veinticuatro corridas de toros, con sus tres novilladas y sus cuatro espectáculos ecuestres, que nos da el preocupante montante total de treinta y una tardes de depravación taurómaca. ¿Para qué tanto? Con lo feliz que se haría al aficionado con sus diez tardes de Toros y lo fácil y cómodo que sería para la empresa encontrar sesenta galanes en toda Iberia, con romana, pitones, cuajo y edad. Pero no, hay que rellenar la feria con el número de papeletas y variantes que quiere Molés -autor intelectual del panfletismo taurino-, ahora que tiene que rellenar los huecos libres que hay entre los documentales del año la tana y las tertulias de autobombo que emiten en Molevisión por la módica cifra de dos mil y pico pesetas mensuales.

La realidad es bien dura, tenemos por ahí seis ganaderías de aúpa, anunciadas con desgana, como son Hijos de Celestino Cuadri, Palha, José Escolar, Partido de Resina, Samuel Flores o Flor de Jara -en novillada-. Y otras cuantas que apetece ver, como Peñajara, Alcurrucén, o los Bayones, por mencionar alguna. Lo demás es lo de siempre: unas cuantas ganaderías apadrinadas por las figuras, sean Cuvillo, Garcigrande, Ventorrillo, las Ramblas y otras cuya aparición por la primera plaza del mundo es un fenómeno paranormal: qué se las habrá perdido a los veedores de la empresa en las fincas de la Palmosilla, el Vellosino o el Montecillo.

Además estos de Taurodelta, más listos que Cardona, nos la han metido doblada hasta la campanilla, como Fernando de Aragón a Isabel Reina de Castilla. Como reyes del trile que son, han sabido jugar sus cartas contra el Toro, y ahorrarse el bochorno del año pasado, cuando los veterinarios fueron a por Adolfo, y la fecha la enmendaron con toros del Marqués de Domecq, que curiosamente, meses después desapareció -lo único que tenía de buena era el precio-. Han utilizado la miniferia, a costa de cosechar unas cuantas entradas ínfimas, para derrocar públicamente el Torismo, el fantasma tocahuevos de la tauromaquia más clásica. Se traen ganaderías que en el cartel recen bien, Hernández Plá, Fidel San Román, el Conde de la Corte o Carriquiri, los emparejan con toreros unos más carentes de lidia, otros menos, a esperar el batacazo y al coro de revistosos: "luego dicen que Cuvillo...", "menos mal que existe Garcigrande, porque si no tendrían que inventarlo...".


Pues para ellos la perra gorda. Nosotros intentaremos rescatar algún buen tercio de varas de entre los más de trescientos picotazos que se tiene proyectado dar, asistiremos con ilusión a las corridas en las que es seguro va a salir el Toro, y disfrutaremos como enanos con todo aquel que venga con la disposición de hacer las cosas con, por y para el Toro.


¿Tampoco es tanto, no?

3 comentarios:

Costillares dijo...

Hay una cosa que se te ha quedado en el tintero, podremos compartir afición con nuevos y viejos amigos.

MARIN dijo...

¡Que bueno lo de "Madrid, año I D.A.!. Esperemos que salgann toros que nos emocionen a todos por su bravura Antonio, sean del hierro que sean. Aunque es mas seguro que salgan en unas mas que en otras como bien dices.
Un saludo.

MiguelitoNews dijo...

Antonio:
Aunque Madrid es Madrid ( o debiera serlo), me perdonarás que me muestre excéptico con el tema. Acabo de ver la faena del indulto de José Mari y, afectado por tanta belleza en la ejecución,-porqué negarlo- me sonrojo por el pañuelito naranja.
Cosas veredes Sancho.........
Como decía mi abuela:
"Confía en Dios y no corras".
Un saludo.