viernes, 20 de mayo de 2011

El Puerto del Cid



Los veterinarios de la plaza de Madrid que ayer dejaron pasar la infame corrida del Puerto de San Lorenzo y el presidente que no supo estar en su sitio a la hora de no tolerar semejante insulto a la plaza, merecen, como poco, una descalificación rotunda. No debió pasar ni un solo de los animalejos que saltaron al ruedo. Alguno, como el segundo, era una auténtica cabra con dos pitoncitos veletos que producía verguenza. Y para colmo, semejante gatada salió inválida. lops sobreros que sustituyeron a los dos toros devueltos sólo añadieron mansedumbre a una tarde donde el toro de lidia brilló por su ausencia.

Dentro de la indecorosa corrida salió un animalito igualmente inválido, el cuarto, que no se derrumbó en la muleta y que tenía nobleza y buen temple en la embestida. El Cid, después del naufragio del martes ante la encastada corrida de El Ventorrillo, vió el cielo abierto para sacarse la espina de aquella tarde nefasta para él. y vaya si lo consiguió. Manuel entendió pronto que e nfrente tenía un toro ideal por su buen estilo y que sólo faltaba mantenerlo arriba, que no se derrumbara.

El Cid fue desgranando los muletazos con mimo hasta que el toro se vino arriba y ya no claudicó. Del resto se encargó esa ano izquierda de oro deste torero que ayer renació como lo que es, un enorme muletero. Los naturales soberbios, perfectamente ejecutados, desde el inició del muletazo hasta el remate. temple y armonía en un conjunto muy importante que de nuevo nos enseña cómo se torea al natural. De pronto había vuelto El Cid de las grandes tardes, el que elevó el toreo con la mano izquierda a su máxima expresión.

Esas tandas de naturales de ayer compiten con lo realizado por Talavante el martes para el título de mejores muletazos de esta feria hasta el momento. Y desde lugo marcan distancia de largo con lo que el día anterior se premió nada menos que con una puerta grande. Menos mal que nos quedan los cid y talavantes como punto de referencia para establecer lo que se entiende como el auténtico toreo de muleta. Y lo de menos ha sido la oreja que cortó El Cid después de un feo espadazo trasero y un descabello barrenando. Al torero le viene de perlas. Yo me quedo con aquellas tandas de naturales.

Miguel Ángel Perera se empleó con ganas y casta ante un lote entrre manso y con mal estilo. Sufrió una impresionante voltereta en el segundo librándose de un grave percance porque tenía el santo de cara. Pegó muchos pases toda la tarde, exprimiendo lo poco o nada que tenía el género infumable de ayer y Luque hizo lo mismo para justificarse. Lo mejor del sevillano, su toreo de capa, con cadencia armonía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me enloquecen los naturales de El Cid, me devuelven la ilusión por el toreo auténtico...pero me faltó toro!. Aún así, lo lució, lo entendió y supo trasmitinos por qué merece la pena esperar...
Luque está muy bien acompañado, se ve en su capote, el maestro Paulova anda cerca. Se agradece, después de que se haya abierto la Puerta Grande, sin haber visto torear de capa, ni una sola vez (Vuelve Morante!). Saludos. Gloria.Murcia.

Gil de O. dijo...

Hablo de Carlos Ilián:

Desde el día, bueno son dos días, el primero cuando abandona su asiento de acreditación en la Maestranza de Granada tras arrastrarse el quinto toro -ya no vió el sexto, por cierto indultado, no perdiéndose gran cosa- y el segundo cuando a raiz de su crónica de un día de San Isidro, se despide del lector con un "hasta pasado mañana" pues no está dispuesto a perderse una siesta para ver el número del caballito -era de rejones, la del día siguiente, es por ello que no he vuelto a leerlo ni una vez más, ni creo que él lo haya hecho jamás con mis escritos.

Despues de leerlo en "Hasta el rabo" de hoy, me daba tufo, miro el encabezamiento y me percibo de que está crónica era transcrita; no era la del maestro Antonio Díaz, que es la que yo pretendía leer.

El Cid, tiene una verdad, y es ante toros de verdad también, con los que se le olvida el Toreo de pierna atrasada y cite al hilo, porque bien sabe que con ellos hay que cruzarse y cargarles la suerte, de ahí lo de las faenas negras que me decía su padre. Ayer hasta el toque se veía perdido, y tan solo cargaba en el primer muletazo de cada serie. Todos queremos ver al Cid de la verdad.
El afarolado de ayer tan vituperado en algunas crónicas, no pasó de ser un recurso, que le faltó -por ejemplo- a Perera en la cogida -estuvo cogido- que le permitió salirse de la suerte, por no haberla cargado a tiempo; claro que si la carga el blandengue se le hubiera rajado en la primera.

Bueno son formas de ver los toros, y que ahora comentamos. Jamás me permitiría, como de forma tan "pancha" lo hacen los sietetendidos de las ventas con sus silbidos.

De todo esto, comprenderas que deseo conocer el aspecto crítico de tu opinión.

Gil de O.

Anónimo dijo...

por favor,un poco de objetividad.
lo del cid fue electrico y poco,y lo de talavante fue lento y mucho.

el cortinar