miércoles, 20 de octubre de 2010

Dos figuras secundarias que son primeras figuras




Magritas


Artículo publicado en ABC por Corrochano, el 13 de Junio de 1920, con motivo de la excelente labor realizada por los subalternos Maera y Magritas en la corrida de la Prensa celebrada un par de días antes.


Maera es un excelente torero, tan excelente a nuestro juicio, que le tenemos clasificado como el número uno de la clase de peones. En la actualida no hay torero de los que van en cuadrilla que bregue con el acierto, con el tino y con la precisión que Maera. Maera es el capotazo oportuno, necesario, justo, con finalidad. Cuando torea mira al toro y hace aquello que el momento requiere. Decimos que mira al toro porque hay una casta de peones que miran al público y toran lo que se llama para ellos. Son éstos los que una tarde, cuando nadie los espera, salen, bullen, hacen como que salvan una situación, y aunque no salvan nada, se retiran satisfechos, diciendo tres veces sí con la cabeza, en busca del aplauso que no llega, y si llega lo oye él solo, porque es la palmada cortés del espectador más próximo.


Se puede afirmar que hoy, ya gastados Morenito y Cantimplas -los dos peones que con más finura torearon- y un poco cansado Blanquet -menos fino-, es Maera el primer peón de brega y quizá el único que conserva la escuela de Sánchez Mejías: decisión y arrojo para llegar a los toros dificiles. Cuando sale el toro fácil, cualquiera es peón: basta con que sepa que un capotazo a destiempo puede cambiar la condición del toro, y con que tenga la noción elemental de que no se debe dar un capotazo más de los necesarios para conseguir el objeto que le llevó al toro.


Pero sale el toro difícil, el peligroso, ese toro al que la generalidad le torea de pasada, tirándole el capote, con lo que, lejos de corregir, aumentan las dificultades, pues el toro se entera que tras el capote hay un hombre que huye: entonces Maera -lo vimos numerosas veces- llega a un terreno que el primer sorprendido es el toro, pues no sospecha que aquella gente que huía pueda llegar hasta allí. Y Maera le da con el capote en la cara, y sin moverse espera la acometida terrible, y aguanta las cornadas, y deja que el toro descargue su furia en el capote. Con esto, no solamente corrige defectos del toro, sino que advierte al matador de lo que haya que hacer. El mejor elogio de Maera, y citamos con ello un testimonio autorizadísimo, se lo oímos a Joselito, que siempre se preocupó de las cuadrillas. 


Como banderillero es muy fácil, pronto, y toma los toros más cerca que ningún banderillero.



Magritas tiene una personalidad tan definida, un estilo tan suyo, que esl que da más emoción al banderillear y, como a todos los especialistas, el público le espera en el momento oportuno. Cuanto más fuerte se arranca el toro, cuando hay más peligro, cuando se ve al toro salir al encuentro del torero y la cogida parece inevitable, entonces es cuando Magritas se para, baja los brazos, junta las manos en la faja, como si al verse indefenso se entregara, y cuando ya parece que no es posible que salga del embroque, saca los brazos verticalmente, porque el testuz del toro no permite otro movimiento, los clava y clava al mismo tiempo, simultáneamente, y con una precisión admirable, el toro tira la cornada, y el torero gira y se deja el toro en el costado izquierdo...


Tienen otro mérito Magritas y Maera. Y es que esa laguna del primero al último tercio, la llenan de manera que no se enfría el entuasiasmo de la plaza, con lo que favorecen el éxito que su jefe lograra en el tercio anterior.

5 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Antonio: Quizás vuelva otra vez con algo que he contado en La Aldea y en donde tengo ocasión. Un viejo banderillero de mi tierra, don Arturo Muñoz "La Chicha", hablaba con gran respeto de Magritas, casi con veneración diría yo. Como decimos aquí, "se le llenaba la boca" al pronunciar ese "don Luis Suárez, Magritas", cuando iba a decir como se corría un toro a una mano o como se hacía una determinada suerte del segundo tercio. Y es que tuvo la fortuna de conocerle.

De Maera, poco se, solo que fue trianero, de la Calle Betis, donde a unos pasos de la casa de Chicuelo estaba la suya y hay un azulejo que lo recuerda.

En la bitácora de Carlos González Ximénez, "Tauropedia", actualmente inactiva, hay una interesante fotografía suya. Vale la pena verle citando muy cerrado en tablas, para sesgar a un toro.

Aquí la ubicación:

http://tauropedia.blogspot.com/2010/06/banderillas.html

Saludos y enhorabuena por este recuerdo.

Javier García Nieto dijo...

Maera y Magritas, al parecer grandes subalternos que en esa fecha de 1920 estaban, si no me equivoco, a las órdenes del triste Juan Belmonte, ¿verdad? El también mencionado Blanquet, al que Corrochano achaca cansancio, fue durante varios años la mano derecha del ya finado en esa fecha Joselito. Imagino que como a ti, Antonio,¡cómo me gustaría haber conocido esa época!
Saludos

Antonio Díaz dijo...

Gracias Xavier, no se te escapa una. En cuanto tenga un poco de tiempo buscaré esa foto y la colgaré. Es que voy `achuchaillo´de trabajo.


Javier, y qué me dices de los picadores. La vergüenza y la valentía que tenían, y la reverencia con la que se les trataba... Era `otra historia´.



Saludos

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Últimamente voy a arrastras y tengo que apretar para poderte ller, pero quiero hacerlo con tranquilidad para disfrutarlo más y acierto. Parece mentira leer las virtudes que se valoraban en los peones y que ya casi son ciencia ficción, empezando por eso de que un mal capotazo puede estropear a un toro. Eso hoy en día se da con muy pocas ganaderías, porque mira que se lidia mal, pero la bobna no se entera y sigue entrando en la muleta como un carretón, ¿será la casta? igual sí. Hoy tenemos muy buenos peones, pero no es lo habitual. El toro no les exige demasiado y la actitud se relaja.
Un saludo

Anónimo dijo...

Hola Antonio.

Precisamente la semana pasada empecé a leer el libro de Gregorio Corrochano "La Edad de Plata del Toreo" y allí aparecía esta crónica.

¡Cuántos subalternos actuales deberían leerla para enterarse un poquito de su labor en el ruedo!! Seguro que a algunos les parecería hasta extraño esa forma de "torear" de esos dos monstruos como Magritas y Maera.

Un saludo desde Zaragoza
Ramón González