sábado, 16 de octubre de 2010

Alcurrucenes con guarnición





A los toros de Alcurrucén hay que esperarlos hasta banderillas. 

Manué, esto es encaste Nuñez y hasta que no llegue a la muleta no se define. 

Cuando se quede sólo con el torero se viene arriba. 

Esto es así, van de menos a más, porque esta ganadería tiene fondo importante de casta. 

*Sacado del libro de estilo del Plús. 
Capítulo III: Cómo vender mulos como toros encastados.




Y son las once y pico de la noche, y todavía estamos esperando a conocer que es lo que se tiene que venir arriba, que es eso que se tiene que desarrollar de menos a más o a que nos presenten al zahorí que demuestre la importancia de los fondos cásticos del Nuñez vía Alcurrucén. Si a las doce, hora de culturilandia, seguimos igual, va a ser cuestión de pegarle un toque -ahora que tenemos confianza- a la otra ministra, Trini, la de Sanidad, para que ponga Zaragoza bajo Alerta Sanitaria. 

No vaya a ser, que con esto de ser encaste Nuñez, y que al descastamiento haya que llamarlo con muchos nombres diferentes menos con el suyo, nos encontremos con una ciudad en fiestas sitiada por la casta. El caso es que nos vamos a la cama sin saber cuándo va a empezar a embestir el primer lozano. Las cosas de los encastes. Y tampoco va a estar la Pilarica siempre al quite, que bastante tuvo con los franceses.

Me duele imaginarme a ese taurino -traje Massimo Dutti, Rolex archirreparado por los efectos de las leyes morantistas de la física temporal, zapato italiano de Prada- comiendo en el Asador La Tertulia, cerquita de la plaza, y que justo cuando vaya a hincarle el cuchillo y tenedor al estofado de Alcurrucén, el filete le pegue un gañafón. Resultado artístico:  a la mierda el Massimo Dutti. Si las comidas fueran televisadas ahí estaría el emiliomuñoz de turno para explicar el alboroto. `Ya te lo he dicho, Manué, que estos tienen fondo de casta importante y cuando ha ido a entrar a matar le ha tapao la salida. La castita, las cositas de la castita´.

Unos metros más allá, seguiría el sitiamiento de las fuerzas encastadas del batallón de los Lozano a la guapa Zaragoza, en el Restaurante Campo de Toro. Allí, el herido sería un exiliado catalán, que habría venido con intenciones de ver al Sera. Rabo de Alcurrucén con guarnición. Se santigua, prepara los aceros, monda, trocea, pincha, y cuando va a la boca... ¡zas! un reguero de salsa que va desde el plato hasta la barbilla del exiliado riega el mantel de colorao. Silencio en la plaza. Ahí es cuando aparecería el manolicaballero de turno para sentar cátedra. `¡Aaaaaaayyy! Lo estamos avisando to la tarde Manué. Que yo con estos toros paso mucho miedo. Se ha pasao de faena, se ha venío arriba, se le ha puesto gazapón y le ha hecho hilo al entrar a matar. La casta, Manué.´


 En Casa Pedro, el clásico grupo de aficionados talibanes integristas, dan cuenta de Batuta, el quinto Alcurrucén. Desorejado, descastado y bobo por más señas. Los efectos no se hacen esperar. A fila de a uno, entran en en evacuatorio, cambiando los pañuelos blancos por papel higiénico. Está claro, tanta cantidad de dulce no puede ser buena. Menos para esta gente, diábeticos perdidos a fuerza de comer siempre lo mismo, cuando lo que van buscando es la sal y la pimienta. Aquí aparecería Chenel e intentaría decir algo, que no tendría que ver con nada de lo que hizo como torero, y que no entendería nadie porque está con el ronquillo. 


Valverde, se ha despedido como llegó y como estuvo: digno, cumplidor, y sin conocer la suerte.

Serafín, decidido, inteligente y templado.

Y Tendero, pegapasista, modernista y más papista que su papa (Caballero).




3 comentarios:

Juan Arolas dijo...

Antonio, el hábito de saludar a alguien quitándose el chapéu era denominado chapelada. Y eso es lo que yo hago con usted por su ingenioso artículo.
Y digo yo, que lo venirse arriba será como lo de ponerla gorda, que lo contaba el Potra cuando una corrida no estaba preparada y le dijo la ganadera que se la ponía gorda, y el Potra le dijo que a él ya no se la ponía gorda ni Sofía Loren.
Pues eso, que lo de Alcurrucén ya no se viene pa arriba ni con la Elsa Pataky.

En Barrera dijo...

Me ha encantado el post. Antes de pedir una tapa de rabo de toro preguntaré el encaste... jaja

Antonio Díaz dijo...

Me gusta, y no conocía, el término `chapelada´. Me lo guardo para la ocasión. Se agradece saber que hay alguien ahí al que le agrada lo que escribo. Anima.

De verdad, que ya no saben que inventarse para camuflar los petardos. Lo que he escrito es un cachondeo, pero más cachondeo es aún oir a Caballero, cuando el toro ha embestido ya quince veces en la muleta, que `hay que esperarlo aún´. ¡Tócate las narices! Cualquier cosa antes que contar la verdad.


Isa, te responderan que no saben a ciencia cierta de que encaste es, pero que lo más normal es que sea Domecq, como los jamones...



Gracias a los dos. Saludos