miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Leyenda del Siete





Juanito o Don Juán, héroe o villano, nunca admitiría el término medio, un vendaval dentro y fuera del tapete verde. Bravo y encastado, no se arredró ni ante los miuras alemanes ni en las plazas importantes, ante los aficionados más iracundos


Apellidado Gómez, como los toreros puros, hijo de padre albañil, formado en la academia mediterránea que nace en cualquier calle de Fuengirola, en dónde la casta que le viene de biberón, y que le hace embestir y derrotar a todos los niños del barrio, hace que le pongan, con once años, el apodo de `Juanillo el Viejo´. 


Toma la alternativa en el Fuengirola con menos de la edad permitida, falsificando la ficha federativa, con catorce años jugaba con tíos en puntas, allá en las catacumbas del balompié andaluz, en ese Valle del Terror dónde no hay espinilleras o burladeros que te salven de la cornada, ni apoderados que te pongan en la alineación por guapo o por usar un desodorante comercial con olor a nube.


Con quince lo ficha el Atlético de Madrid para sus categorías inferiores, dónde pasa dos años en el ostracismo, condenado al olvido por alguno de sus entrenadores. Tiene que emprender el retorno a casa, volverse Despeñaperros abajo, pues los colchoneros, como San Pedro el día de marras, lo repudian por primera y no última vez. 

Como rectificar es de sabios, o de necios arrepentidos, con dieciocho, el Atlético vuelve a repescarlo, dándole la oportunidad de debutar con los del escalafón superior, en un partidillo de pretemporada ante el Benfica. El resultado: Pronóstico Grave. En un choque se partió la tibia y el peroné. Para algunos no hay amistosos ni plazas portátiles que valgan.


Un año después, lo que tarda en recuperarse del percance, el Atleti decide seguir con su política sampedrista, y lo desprecía en segunda ocasión. Ahora el motivo sería la cojera del muchacho. Lamentablemente para las gentes colchoneras, no habría tercera vez, pues eso de que a la tercera va la vencida es una trola que empezó a tomar cuerpo en los 80, cuando se aprobó la Ley del Divorcio. Esa patraña  fue el manido argumento que empleó el macho ibericus dominantis, dos veces estrellado en el matrimonio, para pedir la mano de la hija al padre lógicamente escamado. `A la tercera va la vencida, señor suegro´.


  
Pues no hubo tercera, y sí hubo una venida, después de un periodo en el Burgos, que sería definitiva, al club en dónde se convirtió en leyenda. La Leyenda del Siete. 

Diez años como emblema del Real Madrid, en lo bueno, donde fue el mejor, y en lo malo, donde fue el peor. Una década prodigiosa, llena de títulos -diez creo que fueron-; de épicas remontadas europeas; del pisotón a Matthaus; del botellazo en Belgrado; de triunfos en el Camp Nou; de la agresión a un linier en Zurich; de la habilidad de lince y la magia de fuego; del escupitajo a Stielike; de la sanción de 300.000 pesetas por torear unas vaquillas en un festival, y enseñarle el video a la plantilla; de llevar a José Luis Núñez a los juzgados, por acusarlo de ir preñando a mujeres por las esquinas; de la temporada del Pichichi; diez años en los que se ganó un lugar en la Historia. 




ABC




Decidió terminar su carrera por el principio, en el club de su tierra, que entonces hacía aguas en Segunda. Subió de categoría en el primer año, y en el segundo le dió tiempo a volver a Madrid y demostrar que no hay peor cuña que la de tu propia madera


El 27 de Junio de 1989, en el centro del rectángulo de la Rosaleda, Curro Romero cortó la coleta al `Pasmo de Fuengirola´, entre gritos de `torero, torero´.




De no ser por aquel maldito viaje, del 2 de Abril del 92, que sería sin retorno, el bueno de Juanito cumpliría hoy 56 años. La carretera se lo llevó cuando volvía de ver un partido europeo en el que se daban cita, de una forma u otra, sus dos pasiones: un Real Madrid - Torino. Cosas del destino.




Ahora, en Madrid, hay dos eucaristías que no caerán en el olvido: el ¡..illa, illa, illa, Juanito maravilla!, del minuto siete de cada partido en el Bernabeú, y el minuto de silencio en memoria de Joselito El Gallo que se guarda todos los años en Las Ventas.

7 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Aunque te parezca mentira por lo joven y lustroso que me conservo (sic mi abuela) yo vi jugar a Juanito en la delantera del Atlético Madrileño, con Leal y Chiqui, que se fue al Getafe. Y luego volví a verlo un año en el Burgos, una tarde en que se empeñó en ganarnos 0-3; luego creo recordar que ese año el Aleti ganó la liga ¡Qué tiempos y qué equipo! Eran los años de Ayala, Heredia, Pereira, Leivinha, Leal, Reina. Como decía un libro, "cuando éramos campeones".
Un saludo y mucha nostalgia.

Anónimo dijo...

Bonito recuerdo Antonio...pedazo equipo Enrique...cuando murió Juan era entrenador del Mérida y hacía que el equipo practicara un fútbol valiente
Pgmacias

MARIN dijo...

Preciosa entrada Antonio. No me caracterizo precisamente por mi admiración al Madrid, pero he de decir que siempre me gustaron los tios valientes y echaospalante. Sin duda Juan lo era.
Hay un bar en mi pueblo, en el cual su dueño el madridista y apasionado del flamenco. Pues bien, tiene una foto de Juanito toreando una becerra vestido de corto y cuando me ve entrar por la puerta, sin decirle nada, me pone la caña, la tapita de aceitunas y me baja el cuadro a la barra... pa habernos matao vaya!!!
Un saludo.

lesaqueño dijo...

Para un merengon como yo, leer esto del superjuan es divino.
Muchisimas gracias por esta entrada, me ha resultado muy emocionante, y la foto del corte de coleta fabulosa...ya ni me acordaba.
Muchas gracias por ello.

Antonio Díaz dijo...

¡El Atlético Madrileño! Pero si eso debe de ser de cuando Di Stéfano era juvenil... Enrique, seguro que duermes en formol. Jajaja. Entre la entrada de Curro del otro día y la de hoy con Juanito, vamos a tener que sortear un paquete de kleenex. Mucha nostalgia, sí. Y no es por la enfermedad esa que nos quieren adjudicar de pensar que los tiempos pasados eran mejores. Es que lo eran. Y punto. (Hablamos de toros y fútbol)



Pedro, es que tenía torería, en Mérida sólo le hizo falta un cuarto de hora para meterse a la gente en el bolsillo.


Marín, ¿tu estás seguro de que en Andalucía hay algún bar con un camarero del Madrid? Nooooo.


Lesaqueño, yo también soy un merengón enfermizo. Por cierto, -creo- que este año se va a dar bien...



Saludos

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Por favor un respeto a los años. Y sin broma, yo vi, aunque por la tele, el homenaje a Di Stefano, pero eran los años en que todavía no iba al campo. Y otra confesión, fui antes a Chamartín que al Manzanares, pero afortunadamente no me afectó.
Un saludo

José Antonio Ruano dijo...

Enorme entrada....Como enorme personaje