jueves, 22 de octubre de 2009

Diálogo con el miedo

A continuación dejo un fragmento de la biografía de Juan Belmonte de Manuel Chaves Nogales , recomendabilísima , donde el matador sevillano cuenta como pasa las horas previas a la corrida.

No sé lo que harán los demás toreros . Al miedo yo le venzo , o al menos , le contengo a fuerza de dialéctica. Es un diálogo incoherente , como el del loco con un ser sobrenatural.
- Ea , mocito -me dice el miedo , con su feroz impertinencia , apenas me he despertado- : a levantarse y a irte a la plaza a que un toro te despanzurre.
-Hombre -replica uno desconcertado-, yo no creo que eso ocurra...
-Bueno , bueno -reitera el miedo- ; tu allá. Pero yo , que soy tu amigo de veras , te advierto que esto que haces es una temeridad . Llevas demasiado tiempo tentando a la fortuna.
-No todo es buena fortuna. Yo sé torear.
-A veces los toros tropiezan , ¿no lo sabes? ¿qué necesidad tienes de correr ese albur insensato?
-Es que como ya estoy comprometido...
-¡Bah! ¿Qué importancia tienen los compromisos? El único compromiso serio que se contrae es el de vivir. No seas majadero. No vayas a la plaza.
-No tengo más remedio que ir.
-¿Pero crees que se hundiría el mundo si no fueses?
-No se hundiría el mundo pero yo quedaría mal ante la gente...
-¿Qué más te da quedar mal o bien? ¿Crees que dentro de cinco años , de diez se acordarán de ti ni de como has quedado hoy?
-Sí se acordarán. Hay que vivir decorosamente hasta el final. Me debo a mi fama. Dentro de muchos años los aficionados se acordarán de que hubo un torero muy valiente...
-Dentro de unos años , alomejor no hay ni aficionados a los toros , ni siquiera toros. ¿Estas seguro de que las generaciones venideras tendrán en alguna estima el valor de los toreros? ¿ Quién te dice que algún dia no han de ser abolidas las corridas de toros y desdeñada la memoria de sus héroes? Precisamente los Gobiernos socialistas...
-Eso sí es verdad . Puede ocurrir que los socialistas, cuando gobiernen...
-¡Naturalmente , hombre! ¡Pues imaginate que ha ocurrido ya! No torees más. No vayas esta tarde a la plaza. ¡Ponte enfermo! ¡Si casi ya lo estás!
-No , no. Todavía no se han abolido las corridas de toros.
-¡Pero no es culpa tuya que no lo hayan hecho! Y no vas a pagar tú las consecuencias de ese abandono de los gobernantes.
-¡Claro! -exclama uno muy convencido-. ¡La culpa es de los socialistas , que no han abolido las corridas de toros , como debían! ¡Ya podían haberlo hecho!

Advierto al llegar aquí que el miedo , triunfante , me está haciendo desvariar , y procuro reaccionar enérgicamente.

-Bueno , bueno. Basta de estupideces . Vamos a torear. Venga , el traje de luces.
-¡Eso es! A vestirse de torero y a jugarse el pellejo por unos miles de pesetas que maldita la falta que te hacen.
-No. Yo toreo porque me gusta.
-¡Qué te gusta! Tú no sabes siquiera que es lo que te gusta. A ti te gustaría irte ahora al campo a cazar o sentarte sosegadamente a leer , o enamorarte quizá.¡Hay tantas mujeres hermosas en el mundo! Y esta tarde puedes quedar tendido en la plaza , y ellas seguiran siendo hermosas y harán dichosos a otros hombres más sensatos que tú...
-¡Si yo comprendo que tienes razón! Verás ... Esto de torear es realmente absurdo; no lo niego. Hasta reconozco , si quieres , que he perdido el gusto de torear que antes tenía. Decididamente , no torearé más. En cuanto termine los compromisos de esta temporada dejaré el oficio.
-¿Pero cómo te haces la ilusión de salir indemne de todas las corridas que te quedan?
-Bueno; no torearé más que las dos o tres corridas indispensables.
-Es que en esas dos o tres corridas , un toro puede acabar contigo.
-Basta. No torearé más que la corrida de esta tarde.
-Es que hoy mismo puede...
-¡Basta, he dicho! La corrida de hoy la toreo aunque baje el Espíritu Santo a decirme que no voy a salir vivo de la plaza.

El miedo se repliega al verle a uno irritado , y hace como que se va pero se queda allí , en un rinconcito, al acecho.Uno , satisfecho de su momentáneo triunfo , va y viene nerviosamente por la habitación.Y así una hora y otra , hasta que poco antes de salir para la plaza , comienzan a llegar los amigos.Antes de que llegue el primero , por muy íntimo que sea , uno le pega la patada al miedo y lo acorrala en un rincón donde no se haga visible.


-¡Si chistas te estrangulo!
-¡Qué mas quisieras tú que poder estrangularme! Anda , anda , disimula todo lo que puedas delante de la gente; pero no te olvides de que estoy yo aqui escondidito.
-Me basta con que seas discreto y no escandalices -le dice uno a ver si por las buenas se le domina.

3 comentarios:

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Es una de las líneas más impresionantes del libro de Chaves Nogales.

Es una lección del fondo ético que reside en el toreo.

Creo que Belmonte pensó mucho sobre el miedo.

Quizás condicionado por sus limitaciones físicas y por su carácter introvertido. (para profundos: los tristes decía Nietzsche)

Además es que esto del miedo es así.

El que más y el que menos lo sabe o lo sabrá. Por la naturaleza de las cosas.

En el toreo está todo lo que nos pasa en la vida.

Saludos de su lector.

Paco Montesinos dijo...

Disfrute mucho leyendo este libro, muy bueno. Un saludo

Antonio Díaz dijo...

Belmonte era un genio. Afortunadamente fue torero, pero si hubiera sido pintor, escritor, actor o escultor también habría sido un maestro en lo suyo. Siempre que veo a matadores como El Fandi o Ferrera recuerdo aquella frase suya tan genial y honda: `` El toreo es un ejercicio espiritual´´. Él mismo se encargo de demostrarlo. Aún así procuro instalarme mentalmente en aquellos tiempos, y por lo poco visto y mucho leído, este que les escribe sería Gallista.

Saludos