lunes, 9 de noviembre de 2009

... Y la de arena

Foto: Largacambiada


A El Juli se le va acabando poco a poco el crédito. Pasó por las grandes ferias en España con más pena que gloria. Pamplona, Bilbao, Madrid, Zaragoza no pudieron verlo en todo su esplendor. Curiosamente en las citadas ferias el día que toreaba Julián era de las tardes en los que el ganado salía más terciadito y asardinado. ¡Que casualidad! En Sevilla estuvo bien, igual que en algunos puntos de Francia donde tuvo tardes importantes. Es el año en que hace gestas y encerronas como rosquillas, sin ponerse a sudar siquiera. Algunos lo llaman facultades, otros lo tenemos como un calculador desapasionado. Toreros como este harán que el toreo algún día sea rebajado a la categoría de pasatiempo.


Antonio Ferrera merece mención especial aparte. Ha pasado de ser un digno luchador, un batallador en corridas duras, muy castigado y medianamente respetado en algunos lares a ser un frívolo y astuto comediante. Por no decir tirititero. La Puerta más importante (y no se si grande) que ha pisado este año ha sido la de la comandancia de la Guardia Civil de Sotillo de la Adrada (Ávila) cuando fue arrestado por desacato, insultos y altercado público. Protagonizó otro altercado en Colmenar Viejo y en San Isidro, en su tercera actuación, se puede decir que se dejó dar una cornada a posta para intentar recuperar algo de respeto y de crédito. Pero por aquí los bancos dan poco, o ninguno. Y Ferrera lo ha perdido para siempre.


Talavante ha conseguido abrir el paracaídas a final de temporada y evitar el descalabro al que iba abocado. La encerrona con los Cuvillo en Madrid no le pudo salir peor. Ni un triste capotazo en condiciones en seis toros, por no hablar de su actitud abúlica e indolente de la que hizo gala tanto en esos seis toros como en su larga temporada. Aún así es un torero que engancha a los públicos, sin saber muy bien la razón, pues a veces torea más tieso que una escoba y con menos emoción que un koala anestesiado. ¡Y pensar que este era el nuevo José Tomás!


Tambien dieron pena: Las fechorías de Cayetano (léase Granada, Getafe, Ronda p.ej), Perera y sus tres avisos, La orejita de Capea en Las Ventas, el bailaor Javier Conde, El Cid con sus dudas, Finito por miedoso y Ortega Cano por arrastrarse así de esa manera. Hay más, ya que esta lista es casi tan larga como el escalafón taurino.

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