domingo, 7 de marzo de 2010

Clasificiación de los antitaurinos


El Pensador. Entes con mentes tan pre-claras que creen ostentar el poder divino de dedicarse a pensar por los demás. Manejan con increíble precisión su particular balanza de la justicia. Malos predicadores y peores jueces.



Los públicos festivaleros. Lo que salga por chiqueros les da igual. Mientras en la cimbrera esté la tortilla de patatas y el porrón del vino todo va bien. Muy importante para ellos la cantidad: muchas orejas, muchos pases y muchos pasodobles. Y si lo que se dan son muchos avisos, tampoco pasa nada.





El mercader de ilusiones. Su avaricía lo anega todo. El escalafón, con las figuras y los desterrados; novilleros y becerristas; ferias importantes y plazas de pueblo. Se llevan extraordinariamente bien con los gacetilleros.





El ex torero. Son varios los modos que tienen estos personajes de perjudicar La Fiesta, si es que no lo hicieron ya cuando vestían de luces. Comprar una ganadería con enjundia, mueco incluido, matar lo que haya y renovar con Nuñez o Domecq es una buena manera de empezar. Meterse a comentarista o a conferenciante tampoco está mal. Y si no encuentran su lugar, siempre están a tiempo de volver a ponerse el traje de luces con sesenta años y ponerse a matar festivales en El Pinar de la Encina, Villazopeque o Vistalegre.





El gacetillero. Juntaletras al servicio del dinero. Su ley se resume como: todo vale depende de quién sea el cliente y cuánto pague. Suele ser adulador de mercaderes, curanderos y de algún que otro alquimista. Suelen llevar un ex-torero de pareja, como Don Quijote y Sancho Panza.




El alanceador. Cuatreros con Castoreño. Puyazos paletilleros y traseros, cariocas, jamelgos cegados y drogados. Casi siempre a las órdenes de un curandero.




El curandero. Los gacetilleros llenan las críticas de estos sanadores con palabros como cuidar, ayudar, mantener en pie, medir, sobar o aliviar. El timo está en que intentar sanar con la magia, o técnica según el gacetillero, de su muleta lo que ellos mismos han mandado hacer al alanceador.






El alquimista. El chamán que mientras busca bravura, nobleza, integridad, suavidad, recorrido, humillación, largura, bondad y arte, termina criando engendros más parecidos a un puercoespín que a un toro bravo. El Zalduendo de la foto da fé de ello.




El conmovedor. Se arrastran por ahí con cara de haber tenido un encuentro con la Virgen de Fátima. Cuando ven un toro sangrando por la paletilla tras vérselas con el alanceador, le dicen a sus seguidores: ¡mirad, eso es sangre! La masa suele sobrecogerse con la crudeza con la que se maneja éste personaje.

4 comentarios:

pedrito dijo...

Aqui, en pais galo, tenemos el màs gran manipulador ilusionista de Francia, de Navarra, y de todas las Españas: André Viard pretende salvar la corrida con su inscripciÓn al patrimonio de UNESCO! Anestesiador, mentiroso, al servicio de todos los ladrones que viven de nuestra aficion, y que MATAN a la corrida.
Enhorabuena, Sr DIAZ, por su atrevida analisis: le invitamos tambièn a descubrir la pelea que libramos contra este guru , sobre mi blog, tambièn sobre el foro de la FSTF, y otros...
Un saludo de Pedrito

Antonio Díaz dijo...

No tengo un gran conocimiento sobre André Viard. Hace pocos días y con motivo de la salida a la venta en castellano de Terres Taurines ha habido un aluvión de elogios y felicitaciones hacia el francés. Pero el otro día conversando con un viejo amigo, del que me fío, me contó alguna cosa de esta persona que hace que no termine de fiarme de él ni de sus intenciones. ¿será un lobo con piel de cordero? Pues no lo sé, no tengo una información precisa de su trabajo en el Observatorio de las Culturas Taurinas de Francia, pero su trabajo en Tierras Taurinas o esa magnífica idea de regalar dos suscripciones de la revista a bibliotecas por abonado me parecen dignas de elogiar.

Aún así, estaremos ojo avizor.


Saludos Pedrito

Paco Montesinos dijo...

Extraordinario tu post, al que podíamos añadir: blogueros taurinos, aficionados que se siguen entre ellos,denominados recalcitrantes por los gacetilleros y demás vomíteros, y a los que el stablismentent taurino sigue con disimulada atención.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Excelente diagnóstico de los males que aquejan a la Fiesta. Enhorabuena una vez más.

J.Carlos