
Personaje siniestro y sin embargo querido, como los malos de las películas. Su único oficio conocido es ser hijo del ex-presidente Adolfo Suárez y ser marido de Isabel Flores, hija del millonario ganadero Samuel Flores, uno de los hombres más ricos de España. Un chupóptero en toda regla, de los saben limpiar bien la chaqueta a las personas que deben. Por eso es fácil verlo mismamente en un mitin del PP, que en una cacería en las fincas de su suegro que en la barrera de una plaza de toros, como por ejemplo, en Granada este fin de semana, acompañando a su amigo Padilla. Gracias a estas amistades puede situarse en lugares a los que a otra persona cualquiera le sería casi inaccesible llegar, por muchos méritos académicos y profesionales que uno tenga. Por ahí le llegó su oportunidad en política puesto a dedo por un bigotes, Aznar, que creía que poniendo a un hijo de un ex-presidente centrista podría llegar a parte del electorado que para él mismo estaba vetada. Le salió a ambos el tiro por la culata y tuvo que dejar la política apresuradamente. Más tarde, otro bigotes, tan déspota o más que Aznar, como es Molés, empezó a darle cancha y a meterlo en festivales, hacerle documentales y a darle el trato que niega a toreros que no siguen sus intereses. José Tomás, por ejemplo, del que El Fenicio y Antoñete hablan bazofia en sus círculos privados. Pero no sólo sucumbieron a los encantos de Suárez Illana políticos y periodistas, lo que es peor e hiriente para cualquier aficionado serio: los mismos toreros lo aceptaron como uno más de ellos y en multitud de ocasiones han compartido cartel. Ha habido alguna temporada en los que ha lidiado más de una docena de festivales, llegando incluso a indultar como si fuera Ponce y a salir a hombros de toreros que otrora fueron tan serios como Ruiz Miguel o Victor Mendes. Él presume de aficionado y de torero, pero lo único que hace es restarle importancia y verdad a La Fiesta, cualquiera que vea a un ``famosete´´ torear con grandes figuras se puede hacer una idea equivocada de lo que es ésto. Ésto es serio, auténtico y genuino. Por eso queremos ver a todos los farsantes y fariseos fuera. El festival de Alquerías del Niño Perdido es tan dañino para La Fiesta como el circo de Las Vegas. Y no es por comparar a Molés con Don Bull, que también se podría...