viernes, 11 de noviembre de 2011

El Demócrata





"... lanzó -Boix- una seria defensa en favor de una democratización
del escalafón, aseverando no saber que "pintan" 
las figuras del toreo en las plazas portátiles, 
ocupando puestos que no les pertenecen."


Y ahí lleva más razón que el santo Job. En Andalucía, mi tierra, además las televisan, que quién no ha sentido vergüenza ajena viendo las toreznadas que se dan en Sanlúcar, Villaluenga del Rosario o Antequera, por citar algunos casos. Dicho esto, a Boix, que a veces uno no sabe muy bien si habla en nombre de Tomás; de lapidado  aficionado catalán; de flautista aristotélico o de un tipo que, como Umbral, viene a hablar de su libro, se le hace la picha un lío en la búsqueda del santo grial de la democracia. Habla de las figuras, y de su sitio, que no es el de las portátiles y su botellódromo, y no cae, o no quiere caer, en que representa a uno que, si bien huye de estos escochambrosos lugares, tampoco se puede decir que esté siempre dónde su toreo le reclama, que aquí unos pecan por exceso y otros por defecto. Que le pregunten al aficionado de Bilbao, Sevilla, Pamplona o Zaragoza, y al de Madrid, si me apuran. Que esa es otra, cuando José Tomás dice de cumplir con el aficionado de las Ventas, que es donde, en teoría, se hacen los exámenes para figura, se trae debajo del brazo, con negociación e imposición del propio Boix, el demócrata, a una figura de portátil como Javier Conde -digo Conde como podría decir Manolo Sánchez o el Fino, que dicen los repipis-, artista que en una dichosa y capitalizada democracia sería uno más de los taytantos millones de personas que dedican la mañana a ver albañiles amasando cemento en una obra, y que sobrevive en el oficio merced a las migajas que le reportan las dictaduras bienmiradas de los Boix de turno. Migas de pan que vienen a ser a la tauromaquia lo que los famosos cuatrocientos euros de zetapé a la democracia. Dame liberalismo y llámame tonto.

Habrá que especificar también que existen talanqueras y talanqueras, que no es lo mismo una de las arriba citadas, que cualquier cachito del Valle del Terror. El caché de la plaza no lo da el funcionario de turno que hoy tasa los árboles que dan sombra en una alameda, mañana las paradas de autobús de un casco urbano y pasado la categoría de la plaza de toros del pueblo. No. El valor, lo dió, lo da, y lo seguirá dando, primero el Toro, luego el Toro y después el Toro, y ahí, el amigo Boix, pasa por alto que José Tomás ha ido cimentando su leyenda en tardes con toretes de portátiles cobrados y anunciados como tesoros colmados en bravura y espanto. De nada vale huir de las talanqueras, de los bajos fondos del toreo, la cara be de la fiesta, de las tardes de polvarea y farándula si en esa huida hacía delante, llevada a cabo en cosos de más enjundía, se amplifica la miseria ante los ojos de una sociedad que clama piedad por el animal y justicia para el torero.


A eso no se le llama democratización. A eso se le llama escupir para arriba.





Como una imagen vale más que mil palabras, éstas dos fotos cuentan como dos mil, por lo menos, y vienen a demostrar porqué a algunos las tablillas les molestan. 11 Septiembre 2009, Albacete, las Ramblas, Vicente Barrera, José Tomás y Juan Luis Rodríguez. Del Salmonetes. Impagable.




BOIX EN SALAMANCA por burladero_es

2 comentarios:

kaparra dijo...

Haz lo que yo digo que no lo que yo hago.

Badila dijo...

José Tomás ha cimentado su leyenda en Las Ventas, siete veces por la Puerta Grande. Esta es la segunda plaza donde más ha actuado 19, la primera la Monumental de Barcelona con 23.

Los matadores de toros con los que más ha alternado son, por este orden: Joselito, Enrique Ponce, Rivera Ordóñez, Morante, Finito y El Juli.

Le contemplan 16 años de alternativa y esta temporada ha vuelto después de un tabaco de los gordos.

Esperemos verle de nuevo en Madrid, será un placer pagar la entrada.

Un cordial saludo.