miércoles, 8 de septiembre de 2010

Juan Pedro, en el ABC




Dejo caer por aquí alguno de los retales que soltó el emperador del toreo en la entrevista realizada por Antonio Astorga a Juan Pedro Domecq en el ABC de ayer.




-Los toros, mi pasión. Después los caballos y los cerdos. Me gustan mucho los animales, y en la finca, que linda con la sierra de Huelva, empecé a aplicar a los cerdos los criterios de selección que había aprendido de las demás cosas, haciendo un cerdo artesanal, en pequeñas cantidades, de 2500 a 3000, todos nacidos en mi casa, salvajes, ibéricos y de bellota: el `vega sicilia´del jamón.



Tengo grandes defensores y grandes detractores. Pero me satisface que mis defensores sean los ganaderos, que me respetan y me consultan, y los toreros, que valoran el trabajo y la influencia que he tenido en la evolución del toro. Porque yo he toreado más que muchos toreros, 2.000 becerras, entre los 12 y los 60 años. Torear es dominar a un animal más fuerte que tú solo con los vuelos de un capote y una muleta.



La (bravura) la definió mi padre, y es la capacidad de lucha del toro hasta la muerte, por tanto, no algo que se mida solo en un tercio de la lidia, en el caballo, sino de principio a fin. El toro más bravo es el que va a más. Mi padre, que era un tipo genial, lo entiende así y transforma los tentaderos y la forma de seleccionar. Su éxito lo demuestra el hecho de que el 60% de la cabaña brava del mundo proviene de la suya.



-Mi padre dio el encaste a Juan Pedro Domecq y yo he ayudado a afianzarlo, sobre todo a descubrir técnicas para la selección y manejo del toro. En mi libro aporto la investigación genética, bases de datos y programas informáticos. Cuando se pidió un toro más grande, que comía más, tuvo enfermedades nutritivas que se arreglaron con una alimentación que mezcla forraje y pienso, y hallé el modo ad libitum, cuanto y cuando quieran comer, salvo el domingo, donde apuran los comederos para limpiarlos. Ahí ya pensaba en lo de entrenarlos, porque se exigen faenas más largas y necesitan mejor forma. Así empecé con el tauródromo, de 1,5 km., donde corren tres veces por semana para su mejor recuperación en la lidia.


-Los toros en toda época han tenido problemas que luego se han solventado. Cuando yo empecé, en el 75, se caían, y se arregló. En el estudio genético que hice con la Complutense vimos que la fiereza, que también es casta y ese algo en la embestida que da la sensación de vigor o riesgo, era un carácter contrario a la toreabilidad (nobleza y temple); por eso el toro se fue haciendo más suave, pero eso también tenía arreglo.


-Se tarda años (en buscar la fiereza), porque el toro que se lidia en la plaza es el resultado de la decisión que un ganadero tomó cinco años atrás. Las cosas no se logran en un momento y tampoco puedes tirar todas las otras cualidades por una sola: hay que añadírsela. Creo que lo he conseguido y va a ir saliendo de más en más.







4 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Poco se puede añadir a las sabias palabras de un elegido, un tocado por las alas de los querubines, una luz que nos alumbra en la oscuridad. Pero a mí me quedan algunas dudas. Dice que le apasionan también los caballos y los cerdos, pero ¿también pintan cuadros como los toros artistas o escriben ensayos sobre la estupidez? Y si su padre, el de don Juanpe, levantara la cabeza, ¿no crees que se liaría a gorrazos con su niño? Quizás los números de la cuenta corriente le calmarían como una valeriana. Y por último ¿no me digas que no es para darle con un calcetín sudado?
Un saludo

kaparra dijo...

Lo mejor de todo ha sido eso del reconocimiento que le hacen los ganaderos y los toreros. Salvando las distancias veo algo asi como los ladrones que dan la enhorabuena a los fabricantes de cajas fuertes por que las habren sin despeinarse. Este señor debe de tener mucho poder adquisitivo,por que no me parece normal que siendo una mierda de ganadero,le saquen tanto en entrevistas y demas. Voy a leer la entrevista,espero que no me de un mal de higado.

Gil de O. dijo...

Todo lo que dice son autenticas "falacias", todo es rebatible.
Ya se ve que le fallan los reflejos y no ha transmitido a su exquisito y "amariconao" parvulario que hay que hablar de nuevo de la fiereza.
Igual acaba por atribuirse el término, lo mismo que ha hecho con lo del día de ayuno a la semana.
Qué comicidad! Qué cara!.
Que Dios le continue iluminando.

Gil de O.

V. Sánchez López dijo...

Ya volvió a beber este hombre...