sábado, 14 de agosto de 2010

Los Toros en Cultura nos llevarán a la incultura






¿Ser o no ser? ¿Cultura o Interior? He ahí la cuestión. El taurinismo está que no para. Si a principios de año nos contaron que el problema de que los toros fueran chicos, feos y bobos eran la yerba y las aguas caídas del cielo ahora se han sacado de la manga que el toreo está escacharrado porque no está en su sitio: el Ministerio de Cultura.


Desdel el G-7, autoelegidos por ellos mismos como representantes ante el gobierno, de trescientos años de tauromaquia, esgrimen con la misma naturalidad que un bacalao en una cazuela, que se consideran artistas, que pagan como artistas y que reciben medallas igual que los mejores artistas.


Sus argumentos dan tanta lástima como los toros que eligen para torear. Para empezar, no existe la convicción de que el hecho de tomar la alternativa te convierta por arte de biribirloque en artista. Sólo los elegidos por la naturaleza, el destino y el azar lo son. Y no son muchos.


El enfoque del parné por parte del taurinismo es un poco sui géneris, para variar. Nos sería fácil encontrar en una de esas cariñosas entrevistas que hacen los revistosos a los apoderados, y que se parecen más a aquel programa de Jesús Puente de `Lo que necesitas en amor´que a un trabajo periodístico, declaraciones como: `no vamos a hablar de las cifras que nos ofrece la empresa porque es de poco señorío hablar de dinero´. Ahora bien, a la hora de cotizar en la Seguridad Social y pagar impuestos, bien que nos restriegan por el hocico los millones y los tantos por ciento -a la mierda el señorío- que van a parar a las arcas del Estado desde sus esportones. Se quejan como mansos porque cotizan como artistas, mientras por otro lado nos venden la moto del arte, el empaque, las musas y las esencias. A ver en que quedamos, señores taurinos.


También se les olvida -¡que memoria la suya!- que una entrada al Museo del Prado vale entre 4-8 euros (a veces es gratuita); que ir a pelar la pava al cine con la parienta te cuesta otros 8 euros; que por 25 euros (20 en anticipada) puedes ir a ver los rizos de Bisbal; o que puedes ir al Teatro Alcázar de Madrid por 13 euros a descuajeringarte con La Venganza de Don Mendo. ¿Cuánto vale ver a las figuras? En la mayoría de los casos, grandes plazas aparte, vale tanto como asistir a las cuatro actividades anteriores juntas. No conozco ningún actor que cobre 20, 30, 50 millones de las añoradas pesetas por cada sesión de teatro, o músico que -quitando las superestrellas- facture eso por concierto, como también pongo en duda que un escultor haga esa caja tras una semana con sus obras expuestas al público. Los toreros son como aquellos niños que decían `mamá quiero ser artista´. Para lo que les interesa.


La prueba del delito con la que quieren poner al gobierno mirando a la Meca es la medallita, una así gordota, de oro de la que cagó el moro, que se las dan cada año a cofradías de intelectuales. Medalla a las Bellas Artes. Como si valiera para algo. Un torero, cuando llegue a viejo, lo que tiene que tener es una relación de dos a uno, entre cornadas que te cosan el pellejo y cabezas de toro desorejadas colgadas de una alcayata. Si es con alguna bronca con cuartelillo y calabozo, y alguna extrema unción, mucho mejor, dónde va a parar. Curiosos, aunque de este personaje no sorprende nada, son los vaivenes de Morante con el medallón. Empezó diciendo que era una vergüenza que se la dieran al Niño de Paquirri, enfrentándose a toda la reata de Alba y a la aristocracia sevillana, para, meses más tarde, donde dije digo digo Diego, formar parte de la familia taurina de Curro Vázquez. Ahora, va un paso más allá y toma la dichosa medallita por bandera, utilizándola como santo grial del toreo, como garantía irrefutable de que estos muchachos son artistas.



Toros en Cultura suena a Juan Pedro Domecq; a cariocas; a bajonazos infames; a alguacilillos vestidos de flamenca; a fundas hasta para los cabestros; a sillas, violines y manoletinas; a orejas, rabos y patas en Las Ventas; a más cervatillos de Cuvillo; a ruedas de peones; a Isabel Pantoja de Presidenta; a corridas limpias y desinfectadas; a monteras como la de Padilla; al adiós de la sangre; a verbenas en los corrales; a pasosobles por el hilo musical hasta en los aseos de las plazas; a divisas de purpurina y hierros ganaderos creados por Barceló; a trastos de torear grandes y toros chicos; a muerte del torismo; a tercios de banderillas de velcro; a caballos de picar con petos de lunares; a la abolición de los sorteos; a ley del aborto para fetos con reata demasiado brava; a Ruíz Miguel y Enrique Romero sentando cátedra en la Universidad; a afeitado legalizado; a presidentes durmiendo en calabozos; a avisos de un cuarto de hora; a pico de la muleta; a indultos televisados a través de Telecinco; a puntilleros con el cuchillo del jamón; a las críticas de Karmele Marchante y Coto Matamoros; a quince ediciones más de `Del toreo a la bravura´; a una película de Disney en 3-D sobre Idílico; a la sustitución del paseíllo por cabalgatas; a los nuevos cánones: pata atrás, toro lejos y torero fuera de cacho; a la supresión del pañuelo verde; a olés por meter la barbilla en el pecho; a tinte de L'Óreal en el mechón de Antoñete; a cámaras de vigilancia en las dehesas, instaladas por apoderados y veedores; suena a la misma basura de siempre, pero con un contenedor mucho más bonito.



Si de verdad quieran hacer algo grande por la Fiesta, que se dejen de zarandajas, que miren de una vez por el toro, y vean sus miserias y problemas. ¿Quieren la ayuda de un Ministerio? Que se vayan a Medio Ambiente o a Agricultura, que pregunten por qué han dejado desaparecer encastes que son obras maestras de la naturaleza mientras se vuelcan con el lince o con el Águila Imperial Ibérica; por qué permiten a los ganaderos, a los que buenas subvenciones dan, eliminar vacadas enteras por capricho; por qué no se fijan medidas legales sanitarias para no manosear al toro de lidia como si fuera ternero para la carne; por qué si el SEPRONA sorprende en la sierra a una excursión del Inserso cogiendo romero, van y los sancionan, de la misma manera que a los domingueros que recogen un puñado de setas cerca de un río, mientras que en muchas ganaderías se afeitan, manipulan y maltratan toros, lo que constituye un verdadero délito ecológico a una especie `autóctona´española.


El Toro agoniza mientras discutimos por tonterías. Pobres Toros.







6 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Uno de los problemas principales de este tinglado que a muchos nos quita el sueño es que pase lo que pase, nunca pasa nada. Da igual Cultura, Interior o Sanidad. En otros espectáculos si lo que se da es malo la gente no va y hay que echar el cierre. La prensa especializada cuenta el gran mamarracho y el espectador se evita el trago. Si se vende una copia de un cuadro como original, se lleva al que sea a la cárcel, si el cantante está afónico y no puede actuar, se devuelve el dinero. A pesar de todo se tiene bastante más cuidado con el público, pero en esto sólo se busca la forma de ser más golfo. Ahora en Cultura, mañana en Asuntos Sociales. Y todo lo que se hace no tiene ningún valor. ¿a Qué obliga la medallita? ¿Qué méritos son necesarios para que te la regalen? Si se afeita un toro no pasa nada, para que te sancionen antes hay que afeitar quinientos, pero nadie se acuerda del que pagó en una corrida como si fueran toros en puntas. ¿Que un matador no está como se espera? Es que estaba deprimido y san se acabó, no pasa nada. Y lo peor es que no hay nadie que ponga coto a todo esto. ¿Qué se pone un gobernante exquisito? Se le invita a un burladro en el callejón y ya está. Y ahora no hay nadie que diga que dónde van estos siete ineptos, que sólo buscan conseguir mayores beneficios para ellos mismos, que para eso son figuras. Lo único que pasa es que quieren que sigamos pagando cada día más, que sigamos calladitos y encima se ponen ellos como víctimas atacadas, acosadas e incomprendidas. Eso sí, el que quiera creer toda esta basura es porque quiere, le conviene o no le interesa. Así nos va.

fabad dijo...

Te mejoras a diario.

Anónimo dijo...

Me podían informar si se puede ver la victorinada del miercoles en bilbao?? gracias!

Anónimo dijo...

¡Ooooole!por el artículo.Perfecto en su concepción,enfoque y exposición.
Lo peor de todo y lo que me entristece, es que esa inteligente ironía que rezuma parte de él, la podemos tener en forma de ley ya mismo.
Un cordial saludo
franmmartin

Antonio Díaz dijo...

Anónimo, la Feria de Bilbao la da Digital Plus a través de una taquilla de pago. 6 euros por corrida, creo. El abono, treinta y pico.


Enrique, el verdadero problema es que a (casi) nadie le interesa el Toro. Cuando se van a dar cuenta de que cuando se acabe el toro se les acaba el negocio. Que no se pueden hacer capeas con pavos ni se pueden dar series de naturales a ciervos, ni estar importante con ovejos. Que se den cuenta de que los toreros, los aficionados, los ganaderos mueren, morimos, y el Toro siempre queda ahí, mejorando o empeorando la especie -según la época-, pero queda ahí, no como un animalito cualquiera, sino como un símbolo de una cultura con cientos de años. Eso es lo que no quieren ver.


Paco, se agradece.


Franmartin, y que verdad que es eso que dicen que `los ladrones van siempre por delante de la ley´. Para ejemplo, este agosto andaluz...



Saludos

Pedron dijo...

a los pocos que pensamos como tu, y esa es la verdad, nos quieren cerrar la boca y espero que sigamos dando guerra, lo malo es que esto cada vez asquea mas.