viernes, 27 de agosto de 2010

Aquellos barros trajeron estos lodos

Obligado de pecho de El Juli. Maurice Berho



Obligado de Manzanares. Si estos son los obligados, como serán los voluntarios... Maurice Berho




Plaza de Toros de Vistalegre. Bilbao. Corridas Generales. Sexta del ciclo. Lleno. Toros del Ventorrillo para Enrique Ponce, El Juli y José María Manzanares.



Hace ya algunos años Espartaco, Ojeda y El Capea llenaron plazas como los Rolling Stones, crearon tendencias estrambóticas y cimentaron las bases arenosas del toreo vanguardista. Aquellos barros trajeron estos lodos. Enfangados de mediocridad y nulidad, Ponce, El Juli y Manzanares han vuelto a demostrar que pueden ser figuras de este algo, esta cosa bonita a veces, y aburrida en otras, a la que nunca se le puede llamar toreo. Tres maestros que no tienen nada que enseñar, nada bueno por lo menos. Toreros a los que les repele el Toro; no les interesa la lidia y sí el resultado, el cuadrito telegráfico de todas las crónicas en las que se rebaja el toreo al nivel de una quiniela. Es triste ver como con la experiencia y número de corridas que llevan en sus esportones aún no son capaces de colocar a un toro en el caballo, poner orden en el ruedo o simplemente, intentar que sus peones hagan el trabajo con eficacia y disciplina. Vergonzosos los tercios de varas, donde directamente no se ha picado, se ha metido debajo del peto, al relance a varios toros y no se han cortado con las cariocas ni las varas traseras y paletilleras. A las figuras hay que exigirles menos poses y más cátedra. De no enmendar la plana, estos lodos terminaran por sepultarnos para la eternidad.


No merece la pena perder el tiempo en hablar de los del Ventorrillo, con fachada de palacete renacentista e interiores e intenciones de poblado chabolista. Blandearon, hubo que cuidarlos con mimo, emplear la técnica no para dominar, sino para ayudar, pegarles los capotazos justitos, dos picotazos ligeritos por barba y no bajar la mano ni atacar con la muleta.



A Ponce no lo vimos con el primero, que pareció dar la sensación de tirar más hacía Caín que hacia Abel, pero que no dejó de ser eso: una sensación reflejo del virulento pico poncista. `No va metido en la muleta y se tira para adentro´ -taurinos buscando excusas-. Mentira cochina. Metió el catedrático tal cantidad de pico y oxígeno (hueco) entre su cuerpo y el toro, que él mismo se descubría, con torpeza novilleril. En el cuarto, manso, de los que le gustan al maestro, hizo una faena de las que gustaría ver a la señora de Obama en Torremolinos. En toriles, zapatilleando, correteando como una flamenca, buscandole las vueltas que se dice ahora. Menuda mariconada. ¿Dónde están los pases de castigo de toda la vida? Me recordó, con esa manera de andarle al toro, con tantos pasitos cortos y con tanto movimiento a los buenos tiempos de Chiquito de La Calzada. O a Cantinflas. Le recetó un bajonazo infame, a los blandos, apuntando ahí, que casi le vale para tocar pelo.



Al Juli le tocó en primer lugar un importante manso, que en cada muletazo se iba como a ocho metros, volviendo como el perrillo que busca a su amo para que le devuelva el hueso, con el mismo trotecito canino y la misma lengua fuera que un chiguagua. Volvió a abusar del toreo mezquino, mecánico, colocándose en cada muletazo de canto, lo que le permite alargar los muletazos hasta donde guste, porque ni toro ni torero van exigidos y no existe ninguna ley física que impida con un simple giro de los talones que esa rotonda en sentido único que forman toro y matador no siga girando hasta que uno de los dos se muera de viejo. A dios gracias, el ventorrillo se rajó, con la música a toda pastilla y el público más asevillanado que nunca. Ya acariciaba un nuevo triunfo importante.

El remiendo de Ortigao Costa, que le va a dar un toque exótico y diferente al curriculum del madrileño, aún siendo más bobo que un juanpedro, le proporcionó tranquilidad, comodidad y una oreja. ¡Qué más se puede pedir! Volvió la burra al trigo, y Julián al martilleo muleteril, al natural fácil y templado, y al derechazo largo, que no profundo. Para no ser menos que Ponce, se llevó un susto arriesgando su vida temerariamente haciendo un circular invertido con el toro ya derrengado. Mató al julipié, pero con bajonazo. Y para bajonazo, el de Matías, que me lo han cambiao, dando una oreja pedida mayoritariamente, legal entonces, pero indigna de este coso.


Cerraba la terna Manzanares, que ha podido hincharse de orejas, rabos y patas, dada la receptividad que tiene ultimamente, y Bilbao no es excepción, el público por lo bonito, lo bello y lo metrosexual. Palabra esta última que define perfectamente el concepto de toreo del alicantino. Guapo, elegante, limpio, depilado, afeitado y pedante. Lo de este chaval clama al cielo. Considerado figura, triunfador de la temporada por detrás de Julián, sin torear en Madrid ni Pamplona. En realidad no torea en ningún sitio. Lo suyo es como en el sexto, lucir la piel tostada, el añil de sus ojos, los trajes tan cargados de oro, la expresividad de su cuerpo, los desplantes desplomados con tintes de tragedia griega mientras la bestia se mueve de aquí para allá. El pobre -me refiero al animal, o sea, al toro- realiza un trabajo más de borrico de los que daban vueltas para sacar agua de la noria que de toro de lidia, que es por lo que se le contrata y da vida. Creo que cortó una oreja, que pudieron ser dos -dicen-. Antes otra faenita de la casa, que le permitió gustarse, sentirse torero, dar lo que lleva dentro, demostrar que está en buen momento, y blá, blá, blá, blá... Pico, hueco y fachada.

7 comentarios:

Opsen dijo...

Me gustaría saber quién es el autor de esta estupenda crónica.

Antonio Díaz dijo...

Estas cuatro letras las junté ayer por la noche yo mismo.

Gracias por lo de estupenda.


Saludos

Anónimo dijo...

Yo también me apunto a lo de "estupenda", calificativo que se queda corto. Descubrí este blog hace relativamente poco y aunque perezoso en comentar, tengo que destocarme ante este reducto de buena prosa, sentido común y genuina afición. Menos mal que aún hay defensores del toro bravo y del buen gusto.

Mis felicitaciones

Custoway

Anónimo dijo...

Vi la corrida por Internet (sin sonido por supuesto) y estoy completamente de acuerdo con lo expresado en la crónica y que no se parece a casi nada de lo que han publicado por ahí.¿Porqué será?.
Por tanto ni una coma que añadir.
Considero no obstante injusto el trato dado desde aquí a Padilla el dia de los Vitorinos.
Padilla no entra en mis gustos taurinos,pero visto lo que mata éste hombre hay que tenerle el respeto debido,aparte de "sus cosas".
Sigo con asiduidad tus escritos y ésta discrepancia no varía un milímetro mi sintonía con el cuaderno tambien llamado "blog", como si nuestro idioma no tuviese la palabra adecuada.
Un cordial saludo.

franmmartin

Gil de O. dijo...

Una vez más te doy las gracias Antonio Diaz. Permiteme decir, haciéndote la puerta maestro, que...

Me gustaría la primera foto, me gustaría El Juli, si en el momento de la transición el de Ortigao -viene rebosado- del natural, porque viene de un natural, para ligar al de pecho, El Juli dando un poquito más de espacio, aún sin haberse cruzado tanto de entrada, podría estar dando el medio pecho con la muleta todavia tapando la pierna contraria con la que ha de cargar en el momento de echarla, arrastrarla y tenderla -ya la ha tendido en la foto- por lo que el toro la tomaría sin ahogar el tranco a lo que obliga el encimismo del lance fotografiado que aunque lo ha obligado al "ocho" la ejecución sigue produciendose fuera de suerte.

El Juli al que yo le pido ésto, es un Juli que pasaría a la historia ocupando un lugar de privilegio, no el de uno de los mejores "pegapases".

Esta forma de ejecutar que propongo, no seamos tontos, ni José Tomás; el último a quién yo se lo ví hacer fué a Jose Miguel Arroyo, y unos breves apuntes de hace dos, tres temporadas de Perera. Si alguien lo ha visto en otros o lo ha soñado como yo lo sueño, que lo cuente.

Gil de O.

P/D Antes, mucho antes a Manolo Vazquez.

Antonio Díaz dijo...

Gracias Custoway, gusta saber que hay gente ahí detrás de la pantalla a la que le gusta una mijita lo que hago.


Franmartín, que tengamos la misma sintonía no quiere decir que tengamos que estar siempre de acuerdo a la fuerza. Padilla es uno de los toreros que más remordimientos y dolores de cabeza me causan en mi interior. Sabe usted bien que mis ojos ven de otra manera al `pobre´que aunque está mal se enfrenta con lo que los ricos no quieren. Pero Padilla me supera totalmente. Me puede. Es una especie de Cordobés de las corridas duras. Si se lo tomara más en serio...


Gil de O, sería interesante ver la secuencia completa, pero me da que eso de los naturales rebosados que usted me indica del Juli no se produce ni en los mejores sueños de muchos, que sería mis pesadillas. ¡Soñar con El Juli, pues sólo me faltaba eso!


Perera lo tuvo en la mano, el año en que la cornada en Otoño en Madrid cortó su progesión hacia figurón, me creo que definitivamente, toreó muy bien, con poder y mando, y hasta de vez en cuando cargando la suerte. Aquella triste cornada, todas lo son, pero aquella más porque tiene delito que un toro te coja por estatuarios (para mí eso no es torear)truncó su sueño y el de muchos, que confiabamos en aquel joven como un revulsivo ortodoxo de la Fiesta.



Saludos a todos

Anónimo dijo...

Bien Antonio.