Aguardentero. Camposyruedos |
*Durante el largo invierno taurino vamos a dar un repaso a la historia, mediante documentales, de la vida de alguna de `nuestras´ganaderías. Empezamos con Prieto de la Cal, la favorita del que aquí escribe.
La ganadería de Prieto de la Cal tiene su origen en la vacada formada en Sevilla en 1755 por Gregorio Vazquez con reses de diferentes orígenes. Será su hijo Vicente Jose Vazquez quien a partir de 1778 seleccione una vacada que formará parte de la historia del toreo.
Vazquez adelanto dinero a la Iglesia, con el fin de adquirir los derechos que esta tenia sobre los Diezmos que debía cobrar de algunos ganaderos. Con esta maniobra, logró animales de varias procedencias.
Las reses del Marques de Casa Ulloa de pelos negros y berrendos, de comportamiento fiero y pegajoso. Los toros de Becquer castaños y muy difíciles de lidiar. También incorporó reses de Cabrera que se destacaban por su variedad de pintas y el desarrollo de sentido durante la lidia. Añadió con posterioridad reses procedentes de Vistahermosa.
Con estas aportaciones, intentaba aunar las cualidades de las mejores vacadas de la época.
Cuando muere Vicente Jose Vazquez, parte de la Vacada será adquirida por El Rey Fernando VII,y trasladada al Real Sitio de Aranjuez. Será en estos años cuando a pesar de la muerte de Fernando VII, esta ganadería se conocerá como la Vacada Real.
Durante estos años bajo la administración de Lorenzo Gómez y después del Marques de Gaviria se añadirán reses de Julián fuentes y de Gaviria de Casta Jijona.
En 1835 la adquieren los Duques de Veragua y Osuna, aunque será el primero el encargado de gestionarla. Eliminará las reses procedentes del cruce con Jijón, y las vacas de menor edad, reservando solo lo vazqueño.
En 1849 la propiedad queda en exclusividad en manos del Duque de Veragua, perteneciando a la familia hasta 1927. Este periodo sustento el desarrollo de la Principal línea del encaste vazqueño. Pues los toros de veragua ganaron fama entre los aficionados y los profesionales.
En 1927 el Duque de Veragua vende la ganadería a Manuel Martín Alonso, y este la vendió a Juan Pedro Domecq Villavicencio, que cruzo y sustituyo por reses procedentes de Tamarón y Conde de la Corte, puro Vistahermosa.
Una parte se vendió a José Enrique Calderón que con posterioridad la vendió en 1945 a D. Tomás Prieto de la Cal.
Hoy los toros mas puros que quedan en el campo de la vacada real no lucen el famoso hierro de la "V" coronada, hoy en manos de Juan Pedro Domecq. Sin embargo lucen un hierro con historia, el de los Duque de Veragua y Osuna que el ganadero utiliza al reves.
Vazquez adelanto dinero a la Iglesia, con el fin de adquirir los derechos que esta tenia sobre los Diezmos que debía cobrar de algunos ganaderos. Con esta maniobra, logró animales de varias procedencias.
Las reses del Marques de Casa Ulloa de pelos negros y berrendos, de comportamiento fiero y pegajoso. Los toros de Becquer castaños y muy difíciles de lidiar. También incorporó reses de Cabrera que se destacaban por su variedad de pintas y el desarrollo de sentido durante la lidia. Añadió con posterioridad reses procedentes de Vistahermosa.
Con estas aportaciones, intentaba aunar las cualidades de las mejores vacadas de la época.
Cuando muere Vicente Jose Vazquez, parte de la Vacada será adquirida por El Rey Fernando VII,y trasladada al Real Sitio de Aranjuez. Será en estos años cuando a pesar de la muerte de Fernando VII, esta ganadería se conocerá como la Vacada Real.
Durante estos años bajo la administración de Lorenzo Gómez y después del Marques de Gaviria se añadirán reses de Julián fuentes y de Gaviria de Casta Jijona.
En 1835 la adquieren los Duques de Veragua y Osuna, aunque será el primero el encargado de gestionarla. Eliminará las reses procedentes del cruce con Jijón, y las vacas de menor edad, reservando solo lo vazqueño.
En 1849 la propiedad queda en exclusividad en manos del Duque de Veragua, perteneciando a la familia hasta 1927. Este periodo sustento el desarrollo de la Principal línea del encaste vazqueño. Pues los toros de veragua ganaron fama entre los aficionados y los profesionales.
En 1927 el Duque de Veragua vende la ganadería a Manuel Martín Alonso, y este la vendió a Juan Pedro Domecq Villavicencio, que cruzo y sustituyo por reses procedentes de Tamarón y Conde de la Corte, puro Vistahermosa.
Una parte se vendió a José Enrique Calderón que con posterioridad la vendió en 1945 a D. Tomás Prieto de la Cal.
Hoy los toros mas puros que quedan en el campo de la vacada real no lucen el famoso hierro de la "V" coronada, hoy en manos de Juan Pedro Domecq. Sin embargo lucen un hierro con historia, el de los Duque de Veragua y Osuna que el ganadero utiliza al reves.
Información extraída de Encastes Bravos.
2 comentarios:
¿Ole los ganaderos románticos!. Gracias a ellos se pueden seguir viendo toros de ganaderías que hace tiempo habrían desaparecido, porque el toreo actual no está por la labor de elegir esos toros, que no son "artistas" y pueden causar -y de hecho causan- más problemas que otra cosa.
Pero eso cuesta mucho dinero, y no está al alcance de muchos.
Según lo leído en el tomo de Tierras Taurinas, los Domecq únicamente tenían interés en adquirir el hierro, por su antiguedad, que es la segunda más antigua, si no me equivoco, tras la de Aleas, con el fín de darle categoría a sus vinos. ¡A buenas horas el "fabricante de artistas" iba a estar perdiendo el tiempo con semejantes productos.
Por otra parte, en las palabras que ha dicho el ganadero está condensado prácticamente el libro dedicado a la ganadería de Veragua. Tanto es así, que estoy dudando si André Viard visionó primero el vídeo y luego escribió el libro, o al contrario, ya que es una transcripción casi exacta.
Afortunadamente, la familia Prieto de la Cal estuvo muy vinculada al anterior régimen, y eso ayudó bastante a la conservación de las tierras y la ganadería, aunque tuviera al principio muchos problemas con los ejércitos republicanos que, como es sabido, esquilmaron no pocas ganaderías y haciendas.
El ver la capa de esos toros nos retrotrae a tiempos antaños, de toreros con orgullo que se medían con ellos frente a sus competidores. También nos recuerdan la muerte de Manolito Granero.
¡ Pero esos eran otros tiempos que ya no volverán............!
Antonio me encanta esta nueva sección "Uno de los nuestros". Gracias.
Sobre Prieto de la Cal, decir que tiene mucho mérito conservar en pureza la sangre "veragua", que es tan distinta al resto. Menos mal que quedan ganaderos románticos.
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