Foto: Iván de Andrés
Los de Peñajara, sospechosos de pitones, formaban una escalera de carne, con casi 100 kilos de diferencia entre el dulzón y empalagoso segundo y el cuarto, tan fofo y regordío que no podía ni moverse. Los demás, más de lo mismo: sin fuerzas, sin casta, pero colaboradores y noblotes en el último tercio. La gripe D(omecq) ha infectado hasta el tuétano a los últimos rincones libres del virus que le quedaban al enfermo.
Los de Antonio San Román, acarnerados, podridos de mansedumbre, alagartijados, feos, inválidos e indignos. Para más inri en algunos medios se ha podido leer la coletilla ``pero limpios de pitones´´, ¡faltaría más! Menuda porquería de ganado, ¿cómo puede llevar un torero la cabeza alta después de ser participe de semejante farándula? Aquel torero tomado como héroe deja paso a ese personaje mitad cupletista mitad tirititero que se dedica a poner posturitas ante animales criados y seleccionados para convertirse en cómplices del artista en vez de fieros contricantes del lidiador.
Algún destello torero de Curro Díaz y Leandro es lo único rescatable de la Feria. Bolívar no estuvo, o mejor dicho, está como bucólico, triste, ido, puede ser achacable al viaje América- Valdemorillo- América que le planearon ¡ay, los apoderados! Tendero y Abellán dejaron muestra de su estilo ``pegapasista´´ y de toreo lineal de siempre. Lo mejor que podría hacer por la afición y por la tauromaquia Alvarez es dejarlo, una retirada a tiempo es una victoria, es un chaval que ha toreado, con poca fortuna, corridas duras y que puede hacer valer esa experiencia para cambiar el oro por la plata. Sin acritud.
Ya tenemos la primera víctima de la temporada: la Feria de Valdemorillo.
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1 comentario:
Es que yo creo que Valdemorillo no tiene capacidad para organizar una feria seria....en toda regla.
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