jueves, 30 de septiembre de 2010

Tres de la Cruz Roja


Todo a medias. Ruaza


Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. Feria de Otoño. Primera de ciclo. Media entrada larga. Novillos de José Luis Pereda - La Dehesilla, y un sobrero -primero bis- de Torres Gallego para Cristian Escribano, Damián Castaño y Victor Barrio.



Llegó la Feria de Otoño, y con el cambio de estación, no han sido las hojas de los árboles lo único que ha empezado a caerse. Manzanares se borra es baja, y por lo tanto, no empacará ni quintaesenciará en Las Ventas este año. Los animales de Pereda, que tiran más al burdégano que al toro, también están por los suelos. La casta no la conocen, ni se la han presentado. Pierden las manos, blandean, algunos parecen inválidos, no pueden ni con su alma -si es que la tienen-. Sin embargo, no es la falta de fuerza -que tampoco les sobra- lo que se va a llevar por delante a esta ganadería, es la falta de casta, la carencia de esa chispa llamada bravura que incendia media tonelada de ingeniería bruta, la tacañería en el bloc de notas en los tentaderos, el arrodillamiento y la humillación del ganadero ante el verduguillo de las figuras. Una suma de restas que han acabado por dar como resultado la mansedumbre y boyanconería de la que han hecho gala los dehesillos esta tarde. Salió un sobrero de Torres Gallego que no le fue a la zaga en descaste y sosería. Por destacar algo, el sexto, por la belleza de su lámina hizo sostener un ligero esbozo de alegría en la cara del aficionado. Lamentablemente, su horrenda feura por dentro hizo que se fuera despedido con música de viento.


 Con semejante percal no hemos visto nada de toreo en toda la tarde: ni del bueno, ni del malo; ni del clásico, ni del moderno. La labor de los novilleros, hoy aprendices de lo que serán cuando se doctoren: enfermeros, cuidadores de toros bravos, miembros de Cáritas para el Toro; o donantes de sangre para cuvillos. Tan jovencitos, tan verderones, en la flor de la vida, que se decía antes, y ya aliviando las suertes, mimando a la bestia, ahorrando capotazos, calculando algebraicamente, ayudándose hasta del número pí, si es necesario, la altura que debe de llevar la muleta para que el inválido no se caiga; pidiendo el cambio en el tercio de varas antes de que una gota de sangre brote paletilla abajo. Entrando a matar sin formas, ética ni respeto. La suerte suprema es un trance que requiere su preparación, su concentración y su liturgia. El toro no es un animalito de peluche -aunque alguno lo parezca- al que hay que matarlo haciendo vudú a fuerza de pinchar con alfileres. Tampoco debe tomarse a la ligera, restándole importancia, no se debe entrar como el funcionario del Registro Civil que se pasa las horas dandole viajes al matasellos. No se puede consentir que los jóvenes que vienen por detrás hagan del toreo algo trivial.


De los tres, Escribano el más vulgar, hizo huelga a la japonesa toreando con el derechazo; Castaño, queriendo, pero aturullado, algo que no se le puede echar en cara a un novillero; y a Barrio sólo le hemos podido intuir las buenas maneras que le cantan.  


Mañana más (de lo mismo). Y nosotros pagando (lo mismo).

Compuestos y sin ministra

Foto: Jesús Briones.




Periodista, poniéndole la alcachofa en la boca a Ponce, erigido portavoz de los toreros:

-¿Cuáles son vuestras intenciones en la reunión con la Ministra? ¿Váis a tocar el tema de Catalunya?

Ponce, impasible:

- Bueno, si surge...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Nueva pista NEX sobre el intrigante personaje



Seguimos con el concurso Mis Fotos NEX, con un matador de toros que os sigue retando a que lo saquéis de la sombra. Esta vez, y como prólogo de faena, nos manda una foto de él mismo, abierto de capa en un festival. Haz click en ella para agrandar. Más fácil no puede ser. Pronto, y en la mano.








Recuerda que para participar debes ir AQUÍ y dejar tu respuesta en el formulario y en el apartado de los comentarios.


Os queda hasta el 4 de Octubre -incluido- para participar. Recuerda que una estupenda Sony NEX-3, puede ser tuya.





lunes, 27 de septiembre de 2010

Antena 3 contrata actores para montar un número antitaurino




Impresionante, simplemente impresionante, el trabajo de Lagun, de la Bitácora de un corredor de encierros, para desenmascarar a semejante emjambre de embaucadores, que no teniendo bastante con llenar la pantalla de putas y borrachos, se dedican a montar un teatro para perjudicar, con no se sabe que intereses, y de quienes, al mundo de los festejos populares.

A continuación dejo el trabajo, digno de los años mozos de Sherlock Holmes, donde se destapa,  sin ningún género de dudas, el montaje del programa Espejo Público.


FRAUDULENTO MONTAJE PARA UN DEBATE SOBRE ENCIERROS EN ESPEJO PÚBLICO
Todo el colectivo de corredores de encierros tiene la convicción de que hubo un fraudulento montaje en el debate sobre la seguridad en los encierros que se emitió el pasado día 14 de septiembre en el programa Espejo Público, de Antena3. Así lo sentimos según lo veíamos, y las primeras pruebas se colgaron hace unos días en el foro de ToroAlcarria. Pero, naufragando por internet, concretamente en Facebook, he podido obtener la prueba irrefutable de que hubo un montaje en ese debate.

Este texto tiene como finalidad dar a conocer esa prueba, pero antes de entrar a verlas, permitidme explicar lo ocurrido en aquel debate a las personas que no conocen el caso.

En el magazine que Antena3 emite por las mañanas: “Espejo Público”, presentado por Susanna Griso, hay una sección de debate titulada “La Comunidad”, que es conducida a por Albert Castillón. Fue en esa sección donde el 14 de septiembre se emitió un debate sobre la seguridad en los encierros, en el que se contó con la presencia de tres conocidos corredores habituales (profesionales, o expertos, los llamaron allí). La trampa, porque en estos programas sobre encierros los invitados se encuentren a veces con algo que les ha ocultado la producción o la redacción del programa en los días previos, en este caso vino dada por la presencia de un cuarto presunto corredor (y también “experto”, habría que decir). Este presunto corredor, al que nadie de nuestro colectivo reconoció al verlo, no se presentó con su nombre y apellido, sino con un apodo: “El Niño”.


Las dudas que, al verlo, nos ofreció este personaje respecto a su condición de corredor se confirmaron nada más comenzar su intervención. Que, por cierto, fue la que abrió el debate y la más extensa de todas. Sus primeras declaraciones fueron:

“Yo, siempre que salgo a correr, bebo... un par de minis... de kalimotxo”.

Después, a lo largo de siete minutos, y dirigido hábilmente en sus preguntas por Albert Castillón (que es un reconocido antitaurino... o animalista), ese personaje que se hacía llamar “El Niño” dijo, entre otras sandeces, que él prefería los encierros nocturnos a los que se hacen de día, y mejor si los toros eran negros, porque al no verlos andas con el miedo... O (a indicación de Susanna Griso) que asocia encierro y alcohol porque es una fiesta, y la fiesta es lo que tiene... Y, por supuesto, que a él nunca le habían echado de un encierro, menospreciándose así los controles policiales.

Al contrario que con este invitado, al que los presentadores le permitieron decir cuanto quiso y extenderse, a los otros tres, a los verdaderos corredores de encierros, Albert Castillón no les dejaba hilvanar sus razonamientos de forma completa, y sus entrevistas fueron más un ejercicio de acoso y derribo, demostrando así su maniqueísmo.


Siendo evidente la hostilidad hacia los compañeros por parte del conductor del debate, más virulento fue aún el tono con el que se dirigieron a ellos algunos miembros del público. Algunos presuntos miembros del público habría que decir. Entre ellos, cabe destacar a un chico de pelo largo, recogido en una coleta, amplias cejas y cara afilada.


No hay que hacer hincapié en que, a los ojos de cualquier televidente, la impresión final que quedó del debate respecto a la actitud de los que corremos encierros fue la que transmitió el personaje apodado “El Niño”. Es decir: la asociación encierro y alcohol. Y, además, que en los encierros se maltrata a los toros y que no hay suficiente seguridad. Por lo que, a modo de desenlace, la solución del debate a todo ello debería venir por la prohibición de los encierros.


Tras los comentarios que los corredores nos cruzamos en los foros durante los días posteriores al debate, se apreciaba que en nuestro colectivo había coincidencia en que el tal “Niño” no era un corredor, y se intuía que debía ser un actor puesto ahí para transmitir las negativas ideas que dijo. Todos, y no creo errar, deseamos tener algún día la posibilidad de encontrarnos con ese presunto farsante y... Ahí ya no había coincidencia.


A mediados de esta semana ya apareció en el foro de ToroAlcarria un mensaje alertando de que el supuesto corredor apodado “El Niño” había aparecido hace unos meses en ese mismo programa-debate de Espejo Público, ataviado en aquella ocasión al estilo punk (más o menos) y tratando el tema de las tribus urbanas.


Aunque su aspecto es distinto y parece ser que “le ha sentado bien el verano”, contemplando ambos vídeos se ve que estamos ante la misma persona, que el personaje tiene la misma boca, la misma nariz, cejas, el arco de las entradas del cabello, los pliegues de la oreja, la línea de la barba... Y, además, su voz es idéntica. Inconfundible.

Por otro lado, en el foro también se hizo indicación de otro personaje que aparecía en ambos programas: Haplo Schaffer.


Haplo Schaffer es un “gótico” que suele colaborar o participar en los magazines de Antena3 cuando se tratan temas de tribus urbanas, pero esa mañana (pues no se puede negar que estamos ante la misma persona) intervino o participó como público. Sin maquillaje. “¡Camuflado!” Estas circunstancias: el que en el debate sobre los encierros interviniese Haplo Schaffer entre el público con una apariencia normalizada y que Espejo Público ocultase el dato de que se trataba de un colaborador o un participante habitual del programa, eran las que nos confirmaban las sospechas de que “algo olía a podrido en...” este debate.

Faltaba la prueba. Y ayer la pude encontrar naufragando por internet; concretamente en Facebook.


Haplo Schaffer tiene, como no, un perfil en Facebook (que enlazo aquí). Y el 12 de septiembre pasado, dos días antes del programa, dejaba en él este llamamiento a las 11:30 horas: “Se busca persona madrileña (a ser posible actor o actriz) sin reparos para salir en televisión”.
Este es el primero de los “pantallazos” que me bajé como prueba, en previsión de que pudieran ser eliminados todos los mensajes concretos a los que me referiré a continuación antes de que consiga terminar la redacción de este texto y publicarlo. En algunos se puede apreciar que he tachado fotos y textos de terceras personas que nada tienen que ver en el asunto para preservar aquí su identidad.

A ese llamamiento de Haplo Schaffer contestó un tal “Aidan Hardwick”a las 12:03: “jejejejejejeje yo me apunto!”.
En principio, este cruce de mensajes no me pareció que tuviese relación con el asunto del programa. Además, la foto del perfil de Aidan Hardwick es pequeña y borrosa, y no aporta una idea clara sobre su fisonomía, por lo que difícilmente se le puede identificar en ella con “El Niño”. Pero siguiendo su perfil en Facebook (que enlazo aquí) tenemos la prueba deseada.


A las 13:34 horas del mismo día 12 de septiembre, una hora y media más tarde del cruce de mensajes con Haplo Schaffer, Aidan Hardwick deja escrito en el muro de su perfil de Facebook el anterior mensaje que he “pantalleado”, y del que entresaco la siguiente línea: “...Llamada de teléfono de Antena3 para ir a currar de tertuliano con ellos!!!...”

¿Antena3? ¿Aidan Hardwick no será, por casualidad, “El Niño”?

Entre los comentarios que le dejaron a ese mensaje, hay uno a las 14:42 hs en el que una persona le preguntó: “¿De tertuliano? No se por qué, pero no te veo, ¿eh?”. A lo que el tal Aidan Hardwick le respondió a las 15:02 hs: “no?? seguro??? jajajaja mira!”. Y añade un enlace a una página de “wordpress” donde aparece el ya aludido vídeo del debate en Espejo Público sobre las tribus urbanas, y esta frase: “Cuando un punk, sale hablando en la tele hablando de punks, sin ser punk...”
Es decir: Aidan Hardwick reconoce aquí ser la persona que en aquel debate sobre tribus urbanas intervino representando al punk (!!!).

(No incluyo el enlace al que me he referido antes porque en esa misma página de “wordpress” se incluyen vídeos de otras personas; pero, vaya, el que tenga curiosidad que siga las indicaciones que estoy dejando y lo pinche)

Al día siguiente, el 13 de septiembre a las 10:42, Aidan Hardwick vuelve a escribir en su muro: “Mañana empiezo mi epopeya televisivarrrrr!!! Todo el mundo pendiente del televisor a las horas de siempre (11:30 a 12:00) por la mañana!! El programa es en directo! no os lo perdáis!!”

Efectivamente, el debate sobre los encierros era al día siguiente y sobre esa hora. El primer comentario que recibe es de Haplo Schaffer: “...nos veremos mañana por ahí...” Ambos inician un cruce de mensajes a modo de diálogo, bromeando respecto al tema encierros y a que estarán en bandos opuestos. Y, horas después...

“Sin dormir... me espera un largo primer dia... Esperemos que todo salga bien... con un cague de flipar! Nos vemos después del espectáculo!” Escribió Aidan Hardwick en su muro el mismo día 14 de septiembre, a las 08:14.

A las 12:31 horas (estando emitiéndose ya el debate), una persona le deja un comentario a Aidan Hardwick en ese mismo hilo: “Te estoy viendoooooooo, jejejejejeje...”.

A las 12:44 horas, le dejan otro: “Yo no he visto nada... a no ser que fueras ‘el niño’ (que se te daba un aire)”.
A las 13:41 horas, ya finalizado el debate, responde el propio Aidan Hardwick:

“PUES CLARO QUE ERA EL NIÑO!!!!!”

Y contesta inmediatamente la persona aludida: “ajjajajaja yo estaba pensando ‘Coño, se le da un aire, pero no creo que se haya puesto delante de un toro en su vida’...”


Eufórico, Aidan Hardwick (es decir, “El Niño”), abre otro hilo en su muro a las 13:42.

“Dios ha sido la osssssssstia!!”

Haplo Schaffer le deja a las 14:16 este comentario: “Menudo rapapolvos, colega”.
E, inmediatamente, ambos inician un cruce de mensajes en los que ellos mismos dan a entender lo que yo sólo puedo sospechar.
.


-Aidan Hardwick: “Me han echado la petaza por ke nos han visto haciendonos señas jajaja” (14:17).
-Haplo Schaffer: “Yo sólo te sonreí, que conste” (14:17).
-Aidan Hardwick: “Pero al parecer nos han visto y el publico se ha olido la tostada” (14:18).


Hasta aquí la prueba del fraudulento montaje que “alguien” ideó para el debate sobre la seguridad en los encierros que el pasado día 14 de septiembre emitió el programa “Espejo Público” de Antena3.

Pero... ¿Quién es ese “alguien”? ¿Haplo Schaffer? ¿El propio programa Espejo Público?

Resulta imposible afirmar que en la propia dirección del programa se maquinó esta engañifa. Pero, en todo caso, como dicen en mi pueblo: “No me gusta como caza la perrita”.

Del personaje conocido como Haplo Schaffer cabría decir muchas cosas, pero este texto ya me ha salido demasiado largo y creo que en él ya queda retratado suficientemente. ¿Sería suya la idea del montaje? ¡Hombre! El chico es algo “siniestro”, pero no sé si su influencia en el programa es tan alta como para idear tal judiada o si su papel en el mismo se limita a la búsqueda de actores amateurs por las redes sociales.

A mí no me importa que una persona vaya por la vida de gótico, tengo amigos que lo son; y tampoco me importa que una persona viva siguiendo una filosofía distinta a la mía. Lo que no admito en una persona es la falsedad. Y éste Haplo Schaffer me huele a falsedad; aunque sólo sea por el hecho de que se dedique a buscar personas que vayan a la televisión a fingir, a mentir. Ayer, en el foro de ToroAlcarria lo reconoció, que ha buscado “actores” para, al menos, algún programa de Antena3. Pues eso: ¡Viva la falsedad! ¡Vivan los programas de Antena3!

Yo le daría un consejo a Haplo Schaffer: que se ponga un día frente a un toro... y que le cite en la corta distancia... a cuerpo limpio. Sin necesidad de que se le arranque, con tan sólo sentir la mirada de ese toro fija en él, descubrirá la Verdad... Y seguro que ya nunca más le atraerán ni la falsedad ni las mentiras.

Por último, del personaje Aidan Hardwick, el punk o “El Niño”, como queramos llamarle, sólo me sale decirle una cosa: que es un sinvergüenza. Cualquier otra cosa le resbalaría; incluso, puede, que hasta esa. Por cierto, naufragando por su perfil de Facebook se puede llegar a saber su nombre completo.


Decía el Guerra: “hay gente pa tó”. Y que razón tenía. Pero lo más lamentable es que con este tipo de gentes, y con programas de televisión como Espejo Público, es como se está creando opinión en la audiencia. Es la tele que nos dais, Susanna Griso. ¡Dimite!

Lagun

domingo, 26 de septiembre de 2010

Con lo bueno que era...





Me levanto esta mañana y me encuentro, sin tiempo ni para quitarme las legañas, con una buena nueva morantista, con una nueva obra antológica del ruiseñor de la Puebla, esta vez en el Frente de Barcelona. Si miras en seis o siete medios hay tres palabras que se repiten de forma sistemática: faenón, cumbre y temple. También se hace referencia -en todos- a lo bien que estuvo, que hasta le tocaron un aviso mientras toreaba. Como si el factor tocino fuera componente fundamental de la fórmula física de la velocidad.


Faenón, cumbre, temple. Faenón, cumbre, temple. Faenón, cumbre, temple. Faenón, cumbre, temple. Faenón, cumbre, temple. Faenón, cumbre, temple. 


No existe vida, ni crítica inteligente, detrás de esa trilogía de palabras de andar por casa, que lo mismo valen para El Juli en Atarfe, Fandi en Marbella o Javier Conde en Torremolinos. Por omisión, o por comisión, no hemos podido saber de la flojedad del zalduendo, que perdió las manos alguna vez. Tampoco podremos saber de su bravura en varas, si es que las hubo. Sí que nos han contado, con pelos y señales, que la masa embarretinada y ensenyerada lo sacó en procesión a través del Paseo de la Marina, garbeando con el artista a hombros Diagonal abajo, mientras saludaba montera en mano a la Torre Agbar, causando un caos en la circulación de la Ciudad Condal. De la circulación que nos importa, la que riega quinientos y pico kilos de masa córnea, magrosa y peluda, no nos indican nada. Desconocemos, aunque imaginamos, por la calaña de los borregos que se hierran con la zeta antitaurina, que por el torrente circulatorio del bicho transitarían litros de fino aguao en vez de linfa con linaje bravo. Total, a quién le interesa esa cosa de la bravura o la casta, pudiendo hablar de un personaje que por días se supera, capaz de frenar el segundero y el minutero de los relojes, ente capacitado por orden y gracia del espíritu muso a, en un sólo cuarto de hora de toreo del barato, dejar en evidencia a la DGT y congestionar hasta detener el tráfico del centro neurálgico de la segunda ciudad española -por ahora-.  

Faena de cante jondo -dicen-, que es como no decir nada. Si acaso, más que cante jondo, sería zapatilleo y toconeo en sarao taurino. Ni una sola vez le dejó al zalduendo, que en paz descanse, la muleta puesta en el hocico, ni los pies quietos en la arena. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis pasos perdidos y derechazo. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis pasos perdidos y natural. Así, hasta que le tocaron el aviso, intercalando de vez en cuando un molinete, suerte que se ha convertido en la vaselina de los tontos, el engrasador perfecto para meterte doblada una faena grosera como fenómeno paranormal de inspiración celestial. Como quisiera que la estocada fue a la primera, o casi entera, o simplemente, como se puede leer en un portal taurino, `mató de estocada´-así está la crítica-, le dieron las dos orejas sin posibilidad de discusión. 


Y como a gato escaldado le quema el agua fría y no pienso discutir con nadie la importancia de esta tarde histórica en la Monumental de Barcelona, le pego un telefonazo, como siempre hago en estos casos, a mi amigo Tolo, exiliado por temas laborales en un pueblo cercano a Barna. 



- Tolo, menuda la habéis armao. ¿Tan gorda ha sio la cosa?
- Ná, lo de siempre. Mu bonito, mu suave y mu falso .
- Pues la gente ha enloquecío y se lo han llevao en volandas hasta el hotel, como antes...
- Ya. Y la gente, en el 2010, se cree que nos toca currar hasta que a Zapatero le dé la gana porque la Eva se jaló media manzana porque se lo dijo una serpiente...
- ¿Entonces?
- Entonces, . Que paeces nuevo. La Fiesta está muerta y estas últimas corridas son el entierro. Ahora toca, lo que toca en cualquier funeral, por muy cabrón que hubiera sio en vida el difunto. Las viudas, con lágrimas de cocodrilo, venga ensalzar al fiambre: que con lo bueno que era, ¡digo!, ¡un santo!; que si siempre se van los mejores; que si la gente lo quería mucho; que si no tenía enemigos... Pues estos, lo mismo, ahora en quince días quieren sacar todas las maravillosas virtudes de una cosa que hace años, o decadas, que aquí no las ha tenío. A mí, hasta me hace gracia. Que ya hay que ser tolili... 



PD: Dejo el enlace al vídeo de la faena, siento no poder colgarlo por aquí.



Morantada en Barcelona, pincha AQUÍ.


viernes, 24 de septiembre de 2010

Otra vuelta con la burra al trigo


Jandilla en Mérida. Ejemplo de toro culto. El Chofre






Toro ignorante.




Miércoles 22 de Septiembre. Catalunya, en la mayor casa de putas de la región, en el Parlament, con la madamme socialista Montilla a la cabeza -es un decir- los correbous son blindados por ser tradición, riqueza y costumbre del pueblo. 

Cuarenta y ocho horas después, los socialistas de Extremadura prohiben los toros embolados y ensogados, para `eliminar cualquier atisbo de maltrato´. El PSOE está de frenopático. Ni socialismo, ni obrerismo. Esquizofrenia y paranoia.



Y mientras tanto, los taurinos a lo suyo, y venga, vamos, otra vuelta con la burra al trigo, otra vez a marear la perdiz con el traslado de los bártulos a cultura -esta vez con la ayuda del PP-. La reunión con la ministra, una proposición no de ley, y los medios con la máquina a toda marcha, loando las virtudes de la nueva etapa que nos espera. 




Pasamos a enumerar las canalladas de estos reivindicadores de la fé taurinista. Sólo las de este último mes, que esto es un blog, no el Quijote:


* Boicot: Alejandro Talavate, en Alfaro.

* Incumplimiento de contrato: Juan Bautista.

* Fraude por baja laboral: Morante de la Puebla. Daniel Luque.

* Incumplimentos legales: Burgohondo (Ávila)





Cultura = abolición.   Interior= oportunidad.






Recuerda que aún puedes participar en nuestro concurso Mis Fotos NEX. Pincha AQUÍ y descubre el nombre del torero que se esconde tras la cámara.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Lo has visto triunfar en tardes a sangre y fuego. ¿Serías capaz de reconocerlo? Sony NEX le ha dado una cámara y os desafía a que lo descubráis.






Bienvenidos al rinconcito de Mis Fotos NEX, un lugar en el que por cortesía de Sony, y gracias a la NEX-3, su nueva joya, vais a poder participar y ganar esta elegante cámara mediante un intrigante concurso.





Esta maravilla belmontina, guapa y sentía como una verónica, que se encartelará en las mejores ferias como la Sony NEX-3, puede acabar en el esportón del lector de Hasta el Rabo Todo es Toro que acierte el nombre del torero que aparece en las fotografías que salpican la entrada.


Como tengo a mis lectores por la crème de la crème de la taurosfera, vamos a pedir que tiréis de oficio, empaque y jondura, y distingáis vuestra respuesta con una frase llena de torería y duende que os haga triunfadores en caso de que seáis muchos los pitonisos o catedráticos que adivinéis el nombre del misterioso coletudo.


Matador de toros que, cámara en mano, os lanza un reto con el propósito de comprobar si sois capaces de desenmascararle. Para ellos nos envía ocho fotos; ocho de sus momentos; ocho pistas.


¡Va por ustedes!
































Suerte, y al toro. Tira la moneda al aire mediante nuestro formulario:







En vuestras manos lo dejo, ya sabéis que además de descubrir la identidad del torero tenéis que distinguir vuestra respuesta con un título original para el reportaje de fotos que os haga merecedores de la Sony NEX-3, que os llevará, como por arte de biribirloque, al mundo de las cámaras profesionales desde la comodidad y la sencillez del universo de las compactas.


En plaza de primera nada es fácil, así que no cunda el desánimo, agarrad el toro por los cuernos y dejad vuestras brillantes respuestas. Una Sony NEX-3 te está esperando a porta gaiola.


La suerte está echada. Tenéis hasta el 4 de Octubre, éste incluido, para participar en el reto.




Para consultar las bases legales pincha AQUÍ.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La ética de Joselito Arroyo










Me entero a través de Malaka Taurina -aunque habría que rebautizarla como Malaka Gatuna, por lo de las últimas puchiferias- de que un señor filósofo, de los de verdad, de los que pare la tierra, uno de esos locos que utiliza su saber, sus palabras y sus dardos cargados de razón para luchar contra personas que matan a sus vecinos a sangre fría, se desmontera con un tratado llamado Tauroética.


Toros y ética. Palabras que, en pleno siglo XXI, se antojan como una gran balsa de agua y aceite. Fernando Savater, sabio amenazado por la ETA, siempre escoltado, hasta para ir a la toilette, al a limón por fornidos guardaespaldas y esdrújulas palabras cargadas de legitimidad, se ha descolgado en la cátedra de Las Ventas con unas palabras que hoy más que nunca vienen pintiparadas para detener el afán totalitarista de un puñado de taurinos granujas.



`` Es una oportunidad para regenerar culturalmente la Fiesta, donde los verdaderos enemigos no son los antitaurinos, sino los taurinos, los que la degradan por razones comerciales o de comodidad espectacular´´


`` Creo que hace falta una reflexión y una protección no simplemente para que no se prohíban, sino para que no se cometan ciertos abusos y ciertas formas degeneradas de las corridas que hoy se practican´´ .




Comodidad, abusos, formas degeneradas, comercialidad...




Toros de la ganadería de moda, la del Tajo y La Escofina, propiedad de Joselito, lidiados este mismo año:


Musulmán, lidiado en Bilbao y muerto a estoque por Leandro.


En el campo, con sus fundas.


En la arena, ya sin pitones.



Visitador, saltó al ruedo en la misma corrida, correspondiéndole en quinto lugar a Morante.

Escayolado en el campo.



Con brochas de afeitar en vez de velas en la cabeza.



Ejemplar lidiado en la Feria de Almería por Ruiz Manuel. Fotografía propiedad de Manolo Ortega publicada en Los Toros con Agustín Hervás. Ya no hacen falta ni los burladeros. Se partió el pitón con el peto del caballo.





Ni pitones, ni ética, ni vergüenza.



miércoles, 15 de septiembre de 2010

En vuestras manos entrego mi vida

Toros Comunicación.




Cosas corrientes que suceden sesenta segundos por minuto en el mundo: una mariposa cejialba que aletea; el caos luciferino que pudre la urbe más serena; las olas que se suicidan contra el malecón; el león que sólo entiende de la filosofía que le alecciona su barriga y devora vivo al ñú; los goles son amores de Messi y los amores son goles de Ronaldo; el cóctel de burlas y bostezos en una sala de cine dónde se proyecta un filme de Almodóvar; un Toro que dice de usar su cornamenta.


Entonces es cuando gracias al orgullo de algunos hombres buenos ocurre que una cosa ordinaria se convierte en un trance egregio. Toreo puro. Y ese Toro que salta al redondel y cornea a alguien que opta en el duelo por no tomar ventajas. O que simplemente se equivoca. Llegan las manos a la cabeza. El silencio, los olés, la barahúnda se convierte al unísono en quejío. Un muslo que parece un manantial de linfa caliente que va a desembocar en un Mar Rojo que se moldea en el albero. Aparecen los miedos, que aquí no son escénicos. Como si de una conjugación verbal se tratase, el miedo va variando según el género y el número del que lo sufre. La primera persona, el que se ve colgado del velamen, padece el miedo a morir. La primera persona del plural, nosotros, los del tendido, sufrimos el espanto a ser testigos, y casi cómplices, de un sacrificio humano por satisfacer nuestra alma ayuna de héroes. La segunda persona, singular, la del dedo acusador, la del , está calada por el desasosiego por partida doble, por el chaval con futuro incierto que se desangra gracias a uno que lleva tu nombre, y por la inquisición hipócrita que lo bautiza con un injusto alías: `Gabriel Rojas, el de las femorales´. La tercera persona del plural, ellos, los dos compañeros que lo llevan en volandas hasta su salvación, padecen el terror a que sus brazos se estén convirtiendo en el santo sepulcro de un joven onubense que de novillero soñaba con labrarse un nombre en esta historia, sin cuento, de la tauromaquia. Y la Historia, que sigue escribiéndose en estos momentos en renglones torcidos, le tenía reservado un lugar entre los elegidos. Elegidos para, con su sangre, reabastecer el vegetativo estado de la tauromaquia, volviendo a oxigenar las partes del enfermo que nunca debieron dejar de regarse: las que corresponden al peligro, la emoción y la autenticidad.

Cada equis tiempo, se produce el maquiavélico trueque: algun humilde torero tiene que empeñar su vida para reedificar la obra que unos taurinos ávaros sin escrúpulos, más parecidos al siniestro personaje del sepulturero mellado de las películas del lejano Oeste, que a gente del arte, se han encargado de hipotecar.


La imagen de los dos compañeros, en la que más que compañeros hacen de ángeles, custodiando a Jesús Márquez hacia la enfermería, hacia ese limbo de azulejos pálidos y olores estériles del que no habla la Biblia, es el vivo retrato de la dignidad y sabiduría del hombre que aprecia el toreo como forma de vivir, ser y estar en paz con todo lo que le rodea. Que uno, a pesar de tener poco mundo y menos luces, todavía no ha visto, ni ha dado, con alguien que conozca a un ecologista, ecosocialista o ecoloquesea, darle a lo que llega a su plato la oportunidad de defenderse cabalmente. Son los que lloran como magdalenas en comités científicos por los peligros del anisakis, la triquinosis y la gastroenteritis y menosprecian al torero que se juega la pelleja unas cuantas docenas de tardes al año con el único y gran propósito de defender su vida y la dignidad del Toro por ser Toro.


El amigo que desfallece; la tez pálida que barrunta luto; la parca, silenciosa e invisible, que con sus dedos escamados entorna los ojos de su próximo cliente; el ángel de blanco y azabache que busca la mirada cómplice del herido, y se encuentra con ojos vacíos e inertes, por los que pasa a la velocidad de la luz la película fotográfica de toda una vida; el otro querubín, el de violeta y azabache, sucumbe ante el padecimiento del amigo, su cara no puede disimularlo, que los ángeles por mucho ángeles que sean, antes que toreros son hombres, y tal condición les permite expresar la pena, el sobrecogimiento y la amargura. Márquez, el que se desangra, el que ve como se va transformando su cuerpo torero en un saco de patatas tonelítico mientras la enfermería se le antoja tan lejana e inalcanzable como la línea del horizonte del mar, se olvida en esos escasos segundos de las estampitas, de la capilla de la plaza, de todos los beatos del santoral y se aferra a la vida con la tranquilidad del que se sabe en manos que son patrimonio del saber.

Estampa ésta, reconocible a través de los siglos, desde que José de Arimatea y Nicodemo bajan a Cristo de la cruz y llevan el cuerpo a su madre; fotografiada en la posguerra española, cuando dos maquis arrastran a otro compañero herido hasta el corazón de la montaña; descrita en los tiempos en que los indígenas eran atormentados y torturados por el poder devastatador de la colonización de los conquistadores españoles. En cada tarde de toros, tienen lugar aconteceres y caprichos propios de la vida. Quitar el toreo es prohibir una parte de la vida de muchos. Lo que un Toro en La Maestranza no ha podido hacer con Márquez o Mariscal en unos días, van a lograrlo unos hombres a través de unos votos. La abolición es un boquete como el puño en la femoral de cada uno de los aficionados.


Jesús Márquez ha vuelto a la vida, gracias a los compañeros y sobre todo, gracias a que existen médicos, y no doctores, que doctor por ejemplo es Mosterín, que cada vez que tumban en la camilla a un paciente se hacen a la idea de que la vida que tienen en sus manos es la de su propio hijo. Una santidad, en lo suyo, Don Ramón Vila. Que aprendan los matasanos que aprobando las mismas asignaturas, y teniendo Diploma, se conforman, y se enorgullecen -lo que es peor- de firmar, como si fueran padres de alumnos que sacan malas notas en Septiembre, los partes por gastroenteritis a las figuras que la única enfermedad que sufren es la cangrena de su alma y la parálisis de su afición.












sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Qué es torear?, por Federico Alcázar





Crónica de la corrida celebrada en Madrid el 3o de Septiembre de 1923, con dos toreros temerarios -Gitanillo y Silveti- y un estilista -Márquez-. Federico Alcázar, desde el Imparcial, titula la crónica `¿qué es torear?´.




¿Qué es torear? La respuesta no puede ser más clara y sencilla: torear es dominar al toro. ¿Y cómo se domina al toro? Pues por medio de la inteligencia o de la sensibilidad. La maestría o el arte. Joselito y Belmonte. Y para hacer esto, ¿qué se necesita? El valor. Sin la cantidad precisa de valor no se puede desarrollar el arte y la sabiduría que un torero lleva dentro. Luego para torear hay que estar cerca de los toros: pero... no todo el que está cerca del toro torea. ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque puede tener valor, pero faltarle arte para producir el entusiasmo de lo bello e inteligencia para suscitar la admiración de la sabiduría. Estando cerca producirá sustos, pero nada más. La emoción es otra cosa aparte y distinta. Ahora mismo luchan un león o un tigre con un toro. El público siente la proximidad del peligro, la inminencia de la muerte. El miedo se apodera de los espectadores, y la lucha es un susto continuo. Por fin vence el más fiero o el más fuerte, y el público, instintivamente, aplaude. Si en vez de un animal colocáis a un hombre, entonces el susto es mayor y el entusiasmo de la victoria es más grande. Se trata de un semejante nuestro, y hay en el contagio una emoción de humanidad que nos conmueve profundamente. Este es el caso de Gitanillo. Se trata de un hombre que, con la menor cantidad posible de inteligencia y de arte, lucha y triunfa con los toros. Es el valor que suple todas las deficiencias y salva todos los peligros. Y esto es siempre estimable y gallardo. Donde esté un torero valiente allí puede estar Gitanillo hombreándose con él y tuteándole. Muy pocos le habrán aventajado; ninguno será capaz de superarle, hoy por hoy. ¿No es éste su mayor elogio? Hace poco más de un año era un modesto novillero; hoy es un torero lleno de gloria y de dinero. ¡Valor, valor, divino tesoro, cuántos milagros se hacen con tu esfuerzo!

El domingo tuvo Gitanillo la suerte de tropezar con dos toros bravos, nobles y pastueños, y en ellos estuvo tan valiente con la capa, la muleta, y el estoque, que cortó la oreja del tercero, y hubiera cortado también la del sexto si no siente miedo al matar el último, y pincha varias veces y de mala manera.

Yo no puedo aplaudir aquellos lances de capa y aquellos pases de muleta sin arte, sin gracia, sin gusto, sin inteligencia y sin destreza. Es algo que repugna a mi sensibilidad. Aquella figura desgarbada y violenta me da una sensación de malestar que no puedo reprimir. Por no tengo más remedio que inclinarme ante aquella decisión, aquella voluntad, aquel deseo de agradar y aquella tremenda valentía que puso en toda su labor. Esto es lo honrado y lo noble, y yo lo aplaudo sin regateos.

Sin llegar a Gitanillo, también Silveti estuvo extraordinariamente valiente en el cuarto, que era una idealidad. Claro es que con aquel toro hubiera sido un crimen el estar cobarde. Silveti, que ya que tampoco podía dar de sí otra cosa, dió su valor, que como el de su tocayo Don Juan, es bien notorio. Con la muleta y el estoque estuvo a la misma altura. En cambio, en el primero dejó mucho que desear. Unos lances incoloros y varios mantazos de aliño para un pinchazo, media tendenciosa y otra delantera y atravesada.

La suerte no es para quien la busca. Esto es lo que diría Márquez al ver salir por los chiqueros l
as peras en dulce de Gitanillo y Silveti y tropezar él con dos mansos, de los cuales hubo que foguear al primero y hacerle cumplir a fuerza de acosarlo, al segundo.

Y, sin embargo, lo más artístico, lo más fino, lo más torero que se hizo en la plaza fué lo de Márquez. ¡Como que era el único torero! Por eso, para mí, lo mejor y más estimable de la corrida fueron aquellas cuatro verónicas por el lado derecho, verdaderamente maravillosas por la suavidad y el temple, y la faena de muleta al quinto toro, valiente, dominadora y torera, sin otro defecto que el de equivocar los primeros pases, dados por alto a un toro que comenzó quitándose el palo, siguió desarmando en banderillas y llegó derrotando alto a la muleta. Matando muy bien. Hubo decisión y coraje. Los dos primeros pinchazos equivalieron a otras tantas estocadas.

Para mí, aficionado antes que nada y crítico por necesidad y por temperamento, lo mejor de la corrida fué la labor de Márquez, entre otras razones por ser la más torera. Porque a mí me gusta más un torero huyendo, aunque sea un sinvergüenza, taurinamente considerado, que un hombre colgado constantemente de los pitones de los toros.

Por haber sido desechados tres toros de Pérez de la Concha, se lidiaron en su lugar tres de Villalón, resultando ideal el cuarto. Los corridos en tercero y sexto lugar, también fueron superiorísimos, sobre todo para el torero.

Esta es mi opinión, que, a veces, podrá resultar equivocada, pero que siempre, ¡siempre!, es sincera, honrada y veraz.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Cincuenta años en los altares






Cuando corren los primeros días de este Septiembre, turbio e inestable como todos los setiembres, llenos de soles y granizos, y mientras, en la civilización, en el progreso, en la Europa del ciudadano modélico, la sociedad pacífica, los gobiernos de la prosperidad, de los derechos ovejunos y las obligaciones resbaladizas, echan -iba a decir como perros, pero los canes hoy día son tratados como borbones- de La France a los gitanos, todos los aficionados a la tortura, la barbarie, que formamos las hordas taurinas recordamos hoy, nueve del nueve, a un gitanito de Jerez con el mismo respeto y devoción que un cristiano romano apostólico c
onmemora la alternativa milenaria de un niño betlemita en la Misa del Gallo. Así de malos semos.


Rafael Soto Moreno, hijo natural de Francisco y Tomasa, ahijado de la calle Cantarería, en las mismas entrañas del Barrio de Santiago, que cuando suenan no lo hacen a tripas y mondongo, sino a palmas por bulerías y compás del 12. La calle Cantarería, es la calle de la pena, que canta por bulerías, que pregona a los cuatro vientos Manuel Ríos Ruiz. Setenta años han pasado desde que un dos de febrero, víspera de San Blas, el sol babeó de alegría y llenó de luz para siempre, sin lunas ni eclipses, al arte del toreo, que desde entonces riega cada célula calé que da forma biológica a uno de esos seres propios de la mitología griega, como el centauro o las sirenas: Rafael De Paula, mitad gitano, mitad torero.





Cincuenta años se cumplen desde que Julio Aparicio nombró doctor en el supremo arte al gitanillo jerezano. Cincuenta años de naturales colmados de naturalidad. Cincuenta años de quebradiza imperfección, de misterioso conjuro. Cincuenta años de capotes azules y pañuelos blancos. Cincuenta años de soplos y pellizcos. Cincuenta años de decencia y frescura. Cincuenta años de toros vivos y aficionados enloquecidos. Cincuenta años que ya son eternos por los siglos de los siglos.



Cincuenta años llorando de alegría porque hoy torean El Paula y dos más.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Juan Pedro, en el ABC




Dejo caer por aquí alguno de los retales que soltó el emperador del toreo en la entrevista realizada por Antonio Astorga a Juan Pedro Domecq en el ABC de ayer.




-Los toros, mi pasión. Después los caballos y los cerdos. Me gustan mucho los animales, y en la finca, que linda con la sierra de Huelva, empecé a aplicar a los cerdos los criterios de selección que había aprendido de las demás cosas, haciendo un cerdo artesanal, en pequeñas cantidades, de 2500 a 3000, todos nacidos en mi casa, salvajes, ibéricos y de bellota: el `vega sicilia´del jamón.



Tengo grandes defensores y grandes detractores. Pero me satisface que mis defensores sean los ganaderos, que me respetan y me consultan, y los toreros, que valoran el trabajo y la influencia que he tenido en la evolución del toro. Porque yo he toreado más que muchos toreros, 2.000 becerras, entre los 12 y los 60 años. Torear es dominar a un animal más fuerte que tú solo con los vuelos de un capote y una muleta.



La (bravura) la definió mi padre, y es la capacidad de lucha del toro hasta la muerte, por tanto, no algo que se mida solo en un tercio de la lidia, en el caballo, sino de principio a fin. El toro más bravo es el que va a más. Mi padre, que era un tipo genial, lo entiende así y transforma los tentaderos y la forma de seleccionar. Su éxito lo demuestra el hecho de que el 60% de la cabaña brava del mundo proviene de la suya.



-Mi padre dio el encaste a Juan Pedro Domecq y yo he ayudado a afianzarlo, sobre todo a descubrir técnicas para la selección y manejo del toro. En mi libro aporto la investigación genética, bases de datos y programas informáticos. Cuando se pidió un toro más grande, que comía más, tuvo enfermedades nutritivas que se arreglaron con una alimentación que mezcla forraje y pienso, y hallé el modo ad libitum, cuanto y cuando quieran comer, salvo el domingo, donde apuran los comederos para limpiarlos. Ahí ya pensaba en lo de entrenarlos, porque se exigen faenas más largas y necesitan mejor forma. Así empecé con el tauródromo, de 1,5 km., donde corren tres veces por semana para su mejor recuperación en la lidia.


-Los toros en toda época han tenido problemas que luego se han solventado. Cuando yo empecé, en el 75, se caían, y se arregló. En el estudio genético que hice con la Complutense vimos que la fiereza, que también es casta y ese algo en la embestida que da la sensación de vigor o riesgo, era un carácter contrario a la toreabilidad (nobleza y temple); por eso el toro se fue haciendo más suave, pero eso también tenía arreglo.


-Se tarda años (en buscar la fiereza), porque el toro que se lidia en la plaza es el resultado de la decisión que un ganadero tomó cinco años atrás. Las cosas no se logran en un momento y tampoco puedes tirar todas las otras cualidades por una sola: hay que añadírsela. Creo que lo he conseguido y va a ir saliendo de más en más.







martes, 7 de septiembre de 2010

Este blog se va de Cascamorras y de Feria

Angel Abalos.



La fiesta del Cascamorras constituye un ejemplo de fiesta popular con profundas raíces sociales y simbólica, a la par que hermosa y atractiva.


Resulta evidente que en las últimas décadas se ha venido produciendo una cierta homogeneización en cuanto a los calendarios festivos y las celebraciones que tienen lugar a lo largo y ancho de España, sin embargo en algunas poblaciones sobreviven fiestas y tradiciones que destacan por su singularidad.

En ocasiones dicha singularidad acaba jugando en su contra, ya que se convierten en meras atracciones turísticas, perdiendo su funcionalidad a nivel social y su significado simbólico. Por fortuna el Cascamorras de Baza y Guadix ha logrado escapar de estas dinámicas y sigue constituyendo un claro ejemplo de fiesta con una fuerte carga simbólica y funcional.

El origen de la fiesta

Según cuenta la tradición, al poco haber pasado a manos cristianas, un grupo de trabajadores se encontraba trabajando en la construcción de una ermita a las afueras de Baza, cuando uno de ellos, de nombre Juan Pedernal y natural de la vecina población de Guadix, escuchó bajo su azada una voz que pedía piedad, asombrado excavó con las manos hasta desenterrar la figura de una Virgen con un Niño a la que dieron el nombre de Piedad.


En este punto las versiones discrepan sobre los motivos y las formas, pero el caso es que el buen Juan tuvo que dejar la figura en Baza, custodiada en la misma ermita que estaban construyendo.

Año tras año, Pedernal, acompañado de los prohombres de su ciudad intentaron recuperar la imagen, sin embargo los bastetanos, quienes habían tomado cariño a la Virgen de la Piedad evitaban que esto sucediese.

A lo largo de los siglos el rito fue evolucionando, Juan Pedernal se transformó en el actual Cascamorras, un personaje vestido de vivos colores que intentará, en nombre de toda la población de Guadix, hacer aquello que sus antecesores no pudieron.



Hay que manchar al Cascamorras

Y así cada seis de septiembre en los cerros cercanos a la granadina población de Baza se repite el mismo acontecimiento, un hombre solo, empuñando una bandera y una pequeña defensa se lanza a la carrera hacia la Baza y la actual iglesia de la Merced. Su cometido es llegar limpio, impoluto, hasta la puerta del tempo, de hacerlo podrá llevarse consigo el preciado premio, pero los bastetanos tratarán a toda costa de evitarlo.

El modo es sencillo pero efectivo, los jóvenes de la población, completamente tiznados de pies a cabeza de negro, arrojan pintura de este color al Cascamorras, o intentan abrazarse a él o tocarlo. Una vez lo han logrado bien podría darse por terminado el ritual, pero el enviado de Guadix continúa persistente su camino y toda una marea negra lo acompaña a lo largo de las calles de Baza.

El espectáculo es, sin lugar a dudas, de una singular belleza; el brillo de la pintura negra que lo inunda todo y el efecto psicológico que una masa informe moviéndose al unísono provoca, no deja indiferente a nadie. La respuesta es inmediata, o te invade el deseo de unirte a la celebración, o te repele. La mayoría se unen y acaban manchando y siendo manchados.


El por qué de las fiestas

No es necesario ser un experto para comprender que a este ritual subyace un claro enfrentamiento entre dos poblaciones similares en muchos aspectos y enfrentadas desde antiguo. Las tensiones entre Baza y Guadix encuentran a través de un personaje característico un modo de articularse y reducirse; si no fuera por el Cascamorras, posiblemente los enfrentamientos hubieran llegado a más a lo largo de la historia.

Análisis más profundos nos muestran la riqueza de matices que un ritual tan sencillo esconde, como el itinerario que recorre año tras año el sucesor de Pedernal, que discurre junto a las principales fuentes de la población, donde ha de pararse para bañarse/purificarse; o la propia ambivalencia de términos, pues los de Guadix hablarán siempre de “traerse a la Virgen”, mientras que los de Baza dirán que “quieren robar la Virgen”, que nos ilustra acerca de lo difícil que es definir los derechos de propiedad de la imagen.

En definitiva, nos encontramos ante una fiesta viva que no dejará de sorprender al visitante ni de dar sentido, en gran medida, a las relaciones entre dos ciudades que se miran frente a frente todos los días del año.



Texto de José Miguel Mejías del Río

publicado en Suite101.net












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La fiesta del Cascamorras constituye un ejemplo de fiesta popular con profundas raíces sociales y simbólica, a la par que hermosa y atractiva.


Resulta evidente que en las últimas décadas se ha venido produciendo una cierta homogeneización en cuanto a los calendarios festivos y las celebraciones que tienen lugar a lo largo y ancho de España, sin embargo en algunas poblaciones sobreviven fiestas y tradiciones que destacan por su singularidad.


En ocasiones dicha singularidad acaba jugando en su contra, ya que se convierten en meras atracciones turísticas, perdiendo su funcionalidad a nivel social y su significado simbólico. Por fortuna el Cascamorras de Baza y Guadix ha logrado escapar de estas dinámicas y sigue constituyendo un claro ejemplo de fiesta con una fuerte carga simbólica y funcional.



El origen de la fiesta

Según cuenta la tradición, al poco haber pasado a manos cristianas, un grupo de trabajadores se encontraba trabajando en la construcción de una ermita a las afueras de Baza, cuando uno de ellos, de nombre Juan Pedernal y natural de la vecina población de Guadix, escuchó bajo su azada una voz que pedía piedad, asombrado excavó con las manos hasta desenterrar la figura de una Virgen con un Niño a la que dieron el nombre de Piedad.


En este punto las versiones discrepan sobre los motivos y las formas, pero el caso es que el buen Juan tuvo que dejar la figura en Baza, custodiada en la misma ermita que estaban construyendo.

Año tras año, Pedernal, acompañado de los prohombres de su ciudad intentaron recuperar la imagen, sin embargo los bastetanos, quienes habían tomado cariño a la Virgen de la Piedad evitaban que esto sucediese.

A lo largo de los siglos el rito fue evolucionando, Juan Pedernal se transformó en el actual Cascamorras, un personaje vestido de vivos colores que intentará, en nombre de toda la población de Guadix, hacer aquello que sus antecesores no pudieron.



Hay que manchar al Cascamorras










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