jueves, 20 de mayo de 2010

Los hermanos adoptados de Bastonito

Imagen de los tiempos actuales: un torero derecheando de rodillas en Las Ventas y un Ibán que se presta y se deja desflorar sin decir ni mú. CABRERA




Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. San Isidro. Décimo quinto de feria. Casi lleno. Toros de Baltasar Ibán para Eugenio de Mora, Serafín Marín y Luis Bolívar.




Menudo desastre, y descaste, lo de Baltasar Ibán. Si Bastonito levantara la cabeza no daría crédito al nivel de boyantía y bobaliconería del que hacen gala sus hermanos. Es más, posiblemente ni reconocería a los suyos. Bien presentados en conjunto, pero cada vez menos reconocible la sangre Contreras, que es la que le dió un lugar de privilegio, merecidamente, a esta ganadería. Quitando el quinto, más en tipo, los demás son una macedonia donde predomina la linfa Domecq. Atontados, descastados y al límite de fuerzas. Pero antes de cargar tintas contra el ganadero hay que hacerse la pregunta de siempre, cuando esta porquería de empresa está de por medio: ¿es ésta la cabeza de camada? ¿no había toros más aptos en el Cortijo Wellington? ¿o son más de esas baratijas que compran por la piel de toro los Choperita? Estas preguntas caben, porque son notorios los triunfos y el resurgimiento de la casta y bravura de esta ganadería en los últimos años. Algo descuadra por ahí.




Venir a Madrid a dar circulares, para un lado y para otro, invertidos, creo que los llaman, a hincharse a dar derechazos de rodillas y dar varias tandas de dos mil muletazos y tres pases de pecho es mal negocio. Porque por mucho que se hayan empeñado los públicos, con la venia de los presidentes, en colmar los esportones de orejas a los pobres toreros, hay cosas que no tienen por donde cogerlas, como por ejemplo eso que se viste de luces y se anuncia en los carteles como Eugenio de Mora. Es uno de los numerosos castigos con los que Choperita flagela todos los años, con rigurosidad, al aficionado. El año que viene volveremos a tener la ración de mortadela del toledano.



El que llamó hoy la atención, porque torear no toreó, fue Serafín Marín. Primero porque hizo el paseíllo con la senyera y la barretina, en acto de, se supone, proclama a favor de los toros en Catalunya. Parte del público protestó inicialmente, pues no entendían la reivindicación del Sera. También es posible, que al verlo con la barretina, creyeran que era otro regalo de Chopera al abonado en forma de forcado. Total, ayer salió el caballito, hoy forcados y mañana.., mañana Morante y juanpedros. Que es el ciclo normal de una feria de pueblo, que es lo que viene siendo esto que está pasando estos dias por Madrid. A él le tocó el único ibán potable de la tarde, el segundo, y no pasó nada. Muletazos hacia las afueras, siempre en linea recta, vaciando la embestida del toro cuanto más lejos mejor. Algunos, que se hacen la ropa jirones con el destoreo bonito, el del arte, el pellizco y no sé cuántas tonterías más, equivocadamente, vienen llamando a eso hondura, o largura en el peor de los casos. El destierro del toro de los terrenos del torero, con ese toque desplazador hacia fuera, es una de las trampas más abyectas y más usadas del toreo moderno. Afanoso y vulgar, a partes iguales, al sublevado catalán se le ha ido de las manos un triunfo que le hace falta como el comer. Porque de seguir así, se habrán acabado los toros para él, en su tierra y fuera, por lo menos como torero. Con el quinto, que casi no se tenía en pie, no se dió coba y aligeró el triste pesar de la tarde. Ahora, carretera, barretina, senyera y manta a otro lado. Lo que vale para De Mora, Picazo, De Justo y tantos otros vale también para él: en Madrid deben de estar los mejores.




Bolívar, con el peor lote de la tarde ha estado bastante mejor que sus compañeros de faldas. Más centrado que en otras ocasiones, pero incapaz de dar el paso definitivo, de subirse a los toros y apostar de veras. Se quedó a medio camino, fue un querer y no poder. Empezar una faena con el cartucho de pescao con la zocata y acabarla dando series de medios derechazos zarrapastrosos es la demostración de que este torero, antes valeroso, se mueve en el alambre. En sus manos, y su corazón, está el volver, para ser un torero de ferias o ser destinado con los Sánchez Vara y cía. a la guerra de los plazas de pueblo donde salen los toros que no quieren las figuras para Madrid.

1 comentario:

Enrique Martín dijo...

Siempre he dicho que de Mora torea mejorde rodillas que de pie, lo cual no quiere decir que lo haga bien de ninguna de las dos formas, pero es un detalle de la idea que estos chico tienen de triunfar enMadrid, me tiro de rodillas y los encandilo, o me voy a portagayola y los ablando, o pongo banderillas y enloquecen. Pues sí que saben como gustar en Madrid. Seguro que para enamorar a una chica le sueltan un bofetón, para que se vea que son muy machotes. Así nos va.