martes, 12 de octubre de 2010

La bravura no hace al Cuvillo


Burladero.com

Maite Fernández

Maite Fernández



Sin noticias en el cuartel general. Esta de Cuvillo sigue siendo una ganadería para débiles, para hacer el toreo que tanto gusta a los de la menistra, para que se les derritan las neuronas a aquellos que gozan del toreo sin toro y del toro sin pinta de toro. Que piensa uno, que ya puestos a meternos en lides políticas y culturetas, podrían haber cogido a Pregonero, Ventoso, Ropalimpia, Espoleta, Lanudo o Campanillo, colocarles un cascabel que suene en si bemol, para que parezcan lo que son, mininos con los que culturear, y sentarlos a comer con la ministra, que seguro que será vegetariana y seguidora de José Tomás, como sus seis comensales del Grullo.


Tapados casi todos por los cuernos, algunos ni eso, escurridos de carnes, escuchimizados de los cuartos traseros, `en tipo´o con `hechuras para embestir´, que se dice ahora. ¿En tipo de qué? ¿ con hechuras para qué? El cuento del toro bajo, casi liliputiense, como sinónimo de embestidas portentosas ya no cuela. Zaragoza. Plaza de Primera. Se exige una presentación, un trapío, que va mucho más allá del tamaño de los cuernos. Tampoco se les dió en varas, exceptuando el lote del Tato, que fue tratado en el caballo como si fueran los Victorinos de sus tiempos.  Me sorprende que haya gente, experimentada y con muchos negros en sus retinas, que puedan decir que la corrida de hoy ha sido brava en el caballo. Entiendo que alguno empujó, romaneó, rabeó, mostró fijeza y hasta derribó, aunque hay que decir que más por anemia del equino que por poder del bovino. Pero todas estas cualidades no pueden sostenerse como principal medidor de la bravura. Aquí viene el castigo. Si no hay castigo no hay nada a lo que sobreponerse, y la bravura no es otra cosa sino la desobediencia genética a la derrota, la capacidad del organismo para vencer a la adversidad hasta fallecer si es necesario. Y a estos cuvis apenas si se llevan un refilonazo. Llegará el día en que la suerte de varas se haga sin vara, y  comprobará la bravura del cliente un gordo vestido de gitano con un báculo con la punta del fieltro. Entrarán quince veces al caballo, que llevará un peto de lunares y faralaes, y los cronistas dirán que ha sido más bravo que Bravío. Mientras eso pasa a nosotros nos nos quedará otra que defender la evidencia: estos toros de Cuvillo, mientras no demuestren lo contrario, no son tan bravos como los pintan.


Bravos no, máquinas de embestir, sí. O artefactos de movimiento, porque es imposible imaginar la embestida de un toro sin naturalidad, animalidad o incertidumbre, y los parientes de Idílico no la tienen. Se mueven pero no embisten, o por lo menos no se mueven como toros -en realidad ya casi ninguno lo hace-. 


Con semejante percal, muy favorecedor para el torero en los tiempos que corren, el Tato ha demostrado que segundas partes nunca fueron buenas, y que no tiene suficientes espolones para retarse con los gallos del corral. Faenas fuera de cacho, inseguro, dando más pingüis que un canguro, y lo que es peor, mal pensadas, haciendo todo a la contra, toreando al revés, de abajo a arriba, sin sentido del temple ni de la altura, cosa que no se le puede perdonar a un hombre curtido en mil batallas. 


El Juli se ha visto desbordado en su primero, un novillote impresentable, por la velocidad a la que se movía, y el cabeceo constante de Ventoso, con esas hechuras, seguro hijo de la vaca Ventosidad. Le ha recetado varias decenas de pases, eléctricos, ventajistas y variados. Un popurri de la julimaquia. Curiosamente, el famoso temple del Juli, para una vez que lo necesitaba, no ha aparecido. Orejita de La Misericordia.

Con el jabonero, más grandote y cariavacado, y que también se va de rositas del encuentro con el picador, volvió a reincidir en la cantidad más que en la calidad y en el efectismo antes que en la hondura. En resumidas cuentas, en el toreo barato que es el que proporciona despojos y dineros a los monstruos de la Tauromaquia. No pudo redondear la actuación porque en el tradicional julipié se abrió más de la cuenta y al de Velilla le faltaron dos cuartas de brazo para llegar al morrillo.


Luque fue el Luque que todos conocimos de novillero, pinturero con la capa, arreando, con la yerba en la boca, pero también acelerado y dislocado. Cuasi perfecto en lo accesorio, torerísimos los aperitivos, toreando por bajo, al buen tercero, Ropalimpia, que fue el que más tuvo que torear, y que se ha ido para el desolladero sin saber lo que significa verbo tan extraordinario. Si acaso, son recuperables, ademas de los citados adornos, tres o cuatro naturales de mano baja, compás abierto y pata retrasada en el inicio de faena. Después la cosa se diluyó, mérito de Ropalimpia, que no se dejó engañar por la muleta del sevillano. Ganó la partida. Un metisaca y una estocada entera de efectos fulgurantes hicieron al público pedir la oreja, que el presidente tuvo a bien no concederla. 


En el sexto, volvió Luque sobre sus pasos recientes, sobre las gestas de mentira, el destoreo y las ganas de agradar sea al precio que sea. Luquesinas, arrimones, medios pases, banderazos, desplantes y algun beso, para cortar una oreja sin trapío de plaza de primera.

6 comentarios:

eltorodelajota dijo...

Antonio, hoy no estamos de acuerdo. Para nada.

A mi la corrida de Cuvillo me ha gustado. Mucho. Ni mucho menos la he visto chica. En tipo de este encaste, (no nos olvidemos de eso, un toro debe tener una coherencia morfológica a su procedencia) con mucha cara y astifinos. En la plaza tenían remate. Mil veces más que la de ayer de Salvador.

Eran bajitos, eso si, sobretodo segundo y cuarto. En el caballo, al menos dos, han empujado metiendo los riñones y a pesar del castigo que estaban recibiendo.

El segundo era un torrente de embestir. Incluso fiero aunque esa característica se presuponga incompatible con el encaste domecq. El tercero un magnífico toro con mucho que torear.

Creo que la corrida es de nota.

De los toreros, estoy en sintonía con lo que comentas. Salvo con el Juli como te podrás imaginar. Someter a ese segundo y que no te enganchara la muleta, tiene, cuanto menos, cierto mérito.

Viendo cómo está la cabaña brava, ójala salieran muchas corridas como esta.

Saludos cordiales.

aurelio dijo...

Entre los dos me quedo yo.
Bravos no porque tienen un fondo que les hace mansear; miran a toriles mucho en los 2º tercios. Pero en la muleta ( mierda s xxi) embiste todo.

Pero lo que me ha sorprendido es un fondo de casta claro .( en la corrida de hoy) sobre todo los 3 priemros. 5 y 6 sin picar .pero zaragoza es asi.
1º y 2º no eran borregos. y el 3º ha sido un toro pastueño sin una mala mirada, una monja de caridad ,pero con su importancia. no el borrego.

Te digo más, como el 2º toro yo recuerdo varios "cebaditas" en esta plaza.

También te digo que no voy a viajar para ver esto, pero que hoy ha habido toros encastados y le embisten muchos. ( tb dos sin picar que se deberían haber ido para atrás en una plaza de 1º)

En cuanto al juli yo le doy merito al ligar tres tandas en el medio al 2º por el toro, por la claridad con que lo ha visto. pero hoy no ha toreado, pierna atrás,muleta puesta en los ojos y en el piton de afuera , sin cite previo y conviertiendo los 3 tiempos del pase ( cite,embroque,remate) en 2 muy rapidos. electrico, pero la plaza lleva a esto.

Anónimo dijo...

Antonio, totalmente de acuerdo contigo. Los del culillo pues eso lo previsible. Además muy ilustrativas las fotos las borregas con tres metros de lengua, que seguro que pueden hacer más daño con ella que con los cuernos blandegues criados con los condones.

Samuel Corbacho dijo...

Muy de Acuerdo con Vd. en lineas generales sobre la corrida y destacando sobre el blog el párrafo primero en el cual se indica "Sigue siendo una ganaderia para débiles, para hacer el toreo que se les derritan las neuronas a aquellos que gozan del toreo sin toro y del toro sin pinta de toro".
Creo firmemente que esta es la verdad sobre esta ganadería y sobre los toreros que tarde tras tarde se anuncian con dichos toritos haciendose pasar por figuras.

Quisiera apuntar sobre si embistieron o no, si eran como dicen torrentes de embestir o no... La embestida de un toro bravo no es acudir al engaño con actitud aborregada, sin fuerza, sin ansia, sin ensaño, quedandose mirando al tendido despues del remate en lugar de intentar perseguir y acometer contra el engaño una y otra vez, y creo que esto es lo que ayer se vió.

Torear tampoco es acompasar la tela al pase del toro, es mas que eso. Es tirar del toro llevandolo enganchado, de arriba a abajo o de abajo a mas abajo mejor dicho, de delante hacia atras... y solo cuando se hace esto se puede templar. Y sin trucos ventajistas, o sea, en sitio, de frente, cargando la suerte sobre y mostrando (y no escondiendo) la pierna de salida, en fin, todo eso que ayer yo no ví.

Por tanto, ni ví Toros Bravos ni vi Figuras del toreo.

Antonio Díaz dijo...

Por lo menos los Cuvillos tienen una cosa interesante: no dejan indiferentes a nadie.


David (toro de la jota), lo primero decir que mis impresiones son desde el televisor, no en la plaza, como las tuyas. Así que pueden no ser exactas. Para mí esos toros no tienen trapío. Y no es una cuestión de tamaño. Hay toros chicos con trapío y elefantasiáticos con aspecto de ternero. Como tampoco creo que se pueda cuantificar o tipificar el trapío de un toro. Es una cuestión más de sensación que de realidad. Fijate, siendo parecidos, los toros de Cuvillo a los de Cebada, en lo astifinos, en lo fino de cabos, en el culo pollo, los cebaditas son muchos más serios ¿Por qué? suelen estar rematados por detrás, musculados, y su sola presencia llena más la plaza que uno de estos cuvis que se tapan por los pitones. Dejo a continuación un artículo de Joaquin Vidal, recordado no hace mucho en Toro, torero y afición, sobre el concepto de trapío, con el que no puedo estar más de acuerdo.


http://torear.blogspot.com/2008/03/trapo.html

El segundo para mí no embistió como un toro, digamos que se movió mucho porque no se picó nada. Creo que a un toro que se mueve rápido y mucho no tiene porque ser encastado, sobre todo cuando no tenía emoción, no había incertidumbre en su movimiento, todos sabiamos que iba a ir detrás de la muleta como un corderito.


La suerte de varas no existió, para variar y no hubo toreo del caro en toda la tarde, salvando cuatro detalles, que no toreo fundamental, de Luque.


Yo lo ví muy diferente, no entiendo esto sin un animal que dé la cara en los tres tercios y que haya toreros que ponen interés durante toda la lidia y no sólo en la muleta.


Espero que lo estéis pasando bien en las Fiestas.


Saludos

Antonio Díaz dijo...

Aurelio, el Juli ligó, a base de retrasar la pierna y hacernos ese toreo en el que parece un guardia urbano ordenando el tráfico en una rotonda. Es muy barato para una plaza como Zaragoza. A mí no me gustó, y eso que le he visto dos tardes buenas en este verano (y mira que el Juli no me gusta nada).



Anónimo, estoy de acuerdo, el trapío es otra cosa. El público se fija demasiado en los pitones y se olvida de que el toro es un `conjunto´.


Joer Samuel, lo has clavao. Ahora a que no te tropiece un toro las telas ya lo llaman templar... Pues no es dificil ni ná, templar a un bicho de estos... Lo que pasa, que como ya salen templados de toriles, pues pasa lo que pasa, que la gente confunde el culo con las témporas. Y así vamos, bajando el listón poquito a poco, hasta que nos arrastramos por los suelos, como la mayoría de la cabaña brava.


Saludos a todos.