Se cumplen once años de la muerte de Julio Robles, uno de esos maestros cuyas formas clásicas lo hicieron ser más apreciado por el aficionado que por el gran público. Uno de aquellos que cuando se hacen tan ignominiosas listas proclamando los mejores de no se qué, injustamente, nunca aparece. Pero su sello, una elegancia muy personal y clásica a la vez, sobre todo con la capa, con la que impartía cátedra cada tarde, y el toreo muletero por bajo, con fusta de seda, tan suya, nunca se desterrará del recuerdo de todo aquel al que algún día le haya gustado ver Toros.
Antonio tu que eres muy fino. En que número g se encontraría el maestro robles voy día?
ResponderEliminarAntonio:
ResponderEliminarEstas vueltas al pasado, como la entrevista al pica, además de hacernos disfrutar con esa forma de entender esto, nos hace aprender y nos ayuda a mantenernos firmes.
Un saludo
Lesaqueño, a Robles no se le hubiera ocurrido perder el tiempo en tomarle el pelo al aficionado. Esto es cosa de éstos, que son muy "modennos".
ResponderEliminar¡Tu siempre estás firme, como una vela, Enrique!
Saludos
Lo de tomar el pelo a los aficionados (o al público) no penseis que es monopolio de los de hoy. Recuerdo una corrida, mano a mano entre Manzanares y Niño de la Capea (Sobresaliente: Nicasio Pérez "Cesterito", que murió poco después en accidente de coche). La Plaza era la "Monumental" de Benidorm (quien me manda acudir a esos sitios, pero el vicio siempre ha podido mas que la razón en tema taurino) y como estaría la cosa que el Capea le tuvo que decir a Manzanares, que allí también pagaba el púlico ...
ResponderEliminarCuando un Maestro desaparece es difícil la crítica, pero con Robles tuve mala suerte, le vi en bastantes plazas (Sevilla, Almería Granada, Jaen, Santander)...y la mandanga me recordaba a Camino. En Granada cortaba orejas y rabos pero no era ajeno a ello el paisanaje con el Presidente de la época (Montero).
Le admiré pero por su historial y "por la tele".
Julio Robles no era torero de etiquetas. Aunque estaba en activo hace 20 años, era como los toreros de los cincuenta y sesenta, persona seria y torero hasta durmiendo. De los que veías andar a lo lejos y decías: ese es torero.
ResponderEliminarAhora hay muchos chusmillas que los tratan como figuras y no saben comportarse como toreros en todo el sentido de la palabra.
Saludos
Malagueto, hace poco, en el Rincón de Ordoñez transcribían parte del prólogo escrito por Joaquín Vidal para el libro de Pármeno, "Lo que confiensan los toreros", en el que habla de la torería, coincidiendo contigo.
ResponderEliminarhttp://elrincondeordonez.blogspot.com/2012/01/la-edad-de-plastico-del-toreo.html?spref=fb
Hay que ver, Paco, hasta que sitios y que situaciones nos arrastra el vicio.
Saludos
Gracias Antonio, voy a leerlo.
ResponderEliminarUn día contaré mi "amistad" con D. luis Fuentes Bejarano. Él con setenta años y yo con 16....Impresionante persona fuera de los ruedos.
Saludos
Malagueto, ¿y es cierto que ese hombre lidió con más de ochenta años un toro de Moreno de la Cova? Esa si que es una historia...
ResponderEliminarEs verdad Antonio. Yo tenía unos tres minutos de la faena, grabada en un video por un familiar de Moreno de la Cova.
ResponderEliminarResulta que con el tiempo se ha borrado la cinta y me estoy tirando de los pocos pelos que me quedan...
Vestido de corto, oscuro el traje, figura esbelta con barriguita y más derecho que un mástil.
El toro era de esos que se quedan pequeños, pero tenía cara de viejo.Arregladitos los pitones logicamente. Buenos naturales y lo mejor una media de antalogía.
Saludos