sábado, 12 de febrero de 2011

De tal palo tal astilla













El Juli, Maestro por excelencia
de la Tauromaquia del siglo XXI.



Arriba, Julipié a un toro del Ventorrillo, encaste bobo, lidiado en Madrid en la Feria del Aniversario. Tarde del 12 de Junio de 2010.

Debajo, derechazo a un toro de la misma ganadería, Ventorrillo, lidiado en La Maestranza durante la Feria de Abril. 
Tarde del 16 de Abril.










Alumnos Escuela Taurina Arganda del Rey
Fundación el Juli



5 de Febrero 2011. Los alumnos de la Escuela Taurina del Juli se enfrentan a novillos 
de tres hierros diferentes, que son:

El Freixo, línea Jandilla y Salvador Domecq.
El Soto. Domecq
Campo Nuevo, línea Juan Pedro Domecq vía Montealto.



¿Qué será de estos muchachos dentro de cuatro años, cuando la única opción que tengan para optar a ser toreros es anunciarse en Madrid con una de Moreno Silva o Flor de Jara? 

Está claro, leña al mono, al ganadero, al IVA, al Siete, al sistema taurino, a los toros en Interior y al toro que mató a Manolete. Todo eso antes que reconocer que quizás la formación por parte de las escuelas taurinas no es la más adecuada...

3 comentarios:

  1. Leña al mono también a los aficionados recalcitrantes y obtusos, eso también se lleva cada vez más. Mientras tanto las escuelas taurinas, muchas públicas, son un agujero negro de perder dinero y un refugio de vividores y pendencieros.

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  2. Acertadísima entrada Antonio, lo he comentado muchas veces con aficionados de mi plaza. Todo lo que sale de esa escuela sale calcado a Julián: esa manera de retorcerse, esos julipiés, etc.

    El primero en presentar dichos síntomas fue Rubén Pinar, antaño apoderado por Gabriel de la Casa (hoy día profesor en la Fundación El Juli) y al que también estuvo llevando en la sombra el padre de Julián. Siempre me hace gracia oír a Fausto jalear cada uno de los muletazos de Pinar en Las Ventas, diciendo eso de: “Julián”, “Julián”…

    De los actuales, me llama poderosamente la atención que un chico al que podría tenérsele en cuenta (digo que podría, no que vaya a llegar lejos) como es Damián Castaño, esté siguiendo la estela de Julián.

    Saludos,
    J.Carlos

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  3. Tampoco hay que ponerse tan exquisito. Vale que don Juliás está un poco arretirao del toro en las dos fotos, pero eso es parte de la elegancia de los toreros de ahora. Y tampoco es tan grave lo de los chavales, siempre habrá quien les diga un "bieeeejn" a tiempo y les hará creerse Dios. Y a los que no les guste es porque les tienen manía, como los malos estudiantes cuando suspenden hasta el recreo. ¡!anda! si el lo mismo que alega el Juli y los julistas porque no gusta a toda la plaza de Madrid. Lo que me extraña es que los fotografiados no se exilien a las Bermudas al ver sus vergüenzas al aire de esta forma.
    Un saludo

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