Foto: Burladero.com
Plaza de toros de La Misericordia. Feria del Pilar. Quinta de abono. Lleno. Toros de El Puerto de San Lorenzo. Salió un sobrero de La Ventana de El Puerto. Luis Francisco Esplá, Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera.
Despedida de los ruedos españoles del maestro Esplá, señorial torero dentro y fuera de la plaza. Lástima que la tarde y los bueyes salmantinos no hicieran más feliz el adiós del maestro. Porque con lo que se anunció fue eso, bueyes de carretón , grandes como ellos solos pero sin un ápice de bravura ni de nada que se les parezca. El ganadero parece hacer suya esa expresión de ``burro grande ande o no ande´´. Pero el protagonista de la tarde no fue Esplá, fue el impresentable de Perera, que se dejó vivo un toro y no se le ocurre otra que apuntar como culpable al presidente. Más sorprendente es aún lo de Cepeda, normalmente un tipo sensato, que dijo a los micrófonos que todas las faenas no se pueden medir igual... Ver para creer. Menuda tontería.
A Esplá el primer toro medio se le fue, no hubo acoplamiento, no se entendieron. La culpa: media docena de uno y seis del otro. Su último toro, brindado a su mujer, no le dio opción ninguna, es más, lo puso en serios aprietos en banderillas. No fue la tarde soñada para la despedida. Su tarde fue la de Beato, una de las faenas del año.
Ponce estuvo en ventajista durante toda la tarde, como lleva haciendo veinte años. No lo vimos dar una verónica buena, no hizo ni un simple quite y no se dejó ver hasta la faena de muleta. No entiendo como lo pueden considerar figura cuando no se le recuerda ni una sola verónica buena en su larga trayectoria. Para abreviar diremos que empleó el pico, se pasó el toro por las lejanías, se inventó y mostró muy bien el peligro que no tenía el toro. Todo esto más una estocada entera y caída le valieron una oreja disparatada. Qué barata está Zaragoza. En su segundo no se complicó mucho la vida ante un toro que no terminaba de pasar. Abrevió por una vez en la vida, y uno que se lo agradece.
Tarde o temprano le iba a llegar a Perera. Otro de los que aburren con faenas al límite de tiempo y con dos mil derechazos. Castella o Ponce son de este club también. Particularmente me alegro de que le echaran el toro para atrás. Un aviso recibió antes de tener al toro cuadrado, pinchó seis o siete veces, entró a matar con desgana. Parecía Julio Aparicio entrando a matar. Segundo aviso. Perera que sigue con galbana cuadrando al toro, aquí no, aquí si.... el tiempo pasa y apenas se da prisa... Tercer aviso y el toro vivo al corral. Algunos destapamos el champagne cuando oímos el tercer aviso. El presidente estuvo en su sitio, sin ceder ni achantarse como otros. Ahora algunos lo ponen de insensible, golfo o sinvergüenza. Pero lo que fue es honrado y como dice el refrán : ``el que avisa no es traidor´´. Y tres veces que lo avisó.
La nota negativa de la tarde la ofreció nuevamente el público, que ante una figura del toreo que se deja un toro vivo, no es que no quemara la plaza, sino que hubo bastantes personas que aplaudieron al ¿matador?
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