sábado, 17 de marzo de 2012

La bacalá nacional

Bacalá en la Plaza de "toros" de Valencia



No digo yo que en otros tiempos no lo hubiera, y no descarto que en estos aún haya goterones errantes de torería por ahí desperdigados, pero esto del arte me parece una bacalá que han reinventao de aquella manera cuatro interesaos para tapar las carencias de tres cuartas partes de la cabaña brava y las vergüenzas, miedos e incompetencias de lo más granado del escalafón, sea quien sea el que ocupa esos lujosos puestos. Para ello no han dudado en provocar el derrumbamiento de los pilares de la tauromaquia, los sabios quehaceres delante del negrito, las maneras clásicas de mandar en el toro, de llevarlo y traértelo, de presentarle la muleta, el dar ese pasito más allá que convierte las femorales, a cada lance, en una ofrenda ritual, que recalifica los sacrificados terrenos de invasión en un altar que eleva al torero, como un dios, sobre el común de los mortales.Torear, leches, que parece que ya nadie recuerda, o no quiere recordar, lo que toda la vida de dios ha sido torear.

En Valencia estamos viendo mucho de esto, de la mentira que se traen con el toreo del bueno, ese que nosepuéaguantá y que aún así, aguantamos como estoicos, pagando como primos, una tarde, una feria y una temporada tras otra, con un arte masacrado por la pena y poco respeto que imponen los toros, cuyo descaste, asola como una puta leucemia, las millones de vetas tocinosas en las que se ha convertido el toro de lidia, y no es sólo la sangre que viene de tal o cual casta, que vistó está, y por desgracia con cada día menos excepciones, que la peste de la nobleza chochona es una mal endémico y generalizado. 

Ayer fueron los garcicumbres, el otro los atanasiardos de Valdefresno, hoy le toca a Zalduendo y mañana será otra, si es que antes no acaba en el matadero, una más de tantas que nos esperan, las que protagonizan, y no muy a su pesar, si no todo lo contrario, que lo hacen con el ganadero sacando pecho y el mayoral grabando con la Polaroid desde el callejón, el triste descenso a los infiernos de un espectáculo estremecedor, selvático y real como la vida misma, a categoría de pasatiempo gore para verduleras fanáticas de todo lo que tenga tufillo a moderno.

No hay crítica, ni crónica, ni telegrama posible al festejo de ayer, fotocopia de antié y de mañana, las tardes se han convertido en monotemáticas, la gente acude al tendido pensando que se van a lidiar doce orejas en lugar de seis toros y los maestros no están muy por la labor de desdecirlos trayendo consigo seis láminas antiguas de la Lidia que ponga al público, en vez de a beber cubatas, a cavilar.

Así, en cuatro líneas, dejamos constancia de como con el toro de carretón, las distancias entre el duro fajador, Padilla, y los finos estilistas, los compañeros, se estrechan, tanto que al jerezano ahora se le ha descubierto un arte, sí, del mismo que nosepuéaguantá, que en veinte años no se le ha visto y que de buenas a primeras, como por gracia del espiritu santo, aparece irremediablemente cada vez que el panaderito se apunta a una merienda de figuras. Al contrario pasa igual, en la escasa medida en la que se arriesgan, que no suele ir más allá de probar el producto de un nuevo semental de su ganadería fetén, cuando Justo, Álvaro o el Juan Pedro de turno, se equivoca y embarca un atún mansito o complicadillo y ahí que vemos tomar el olivo a la mejor cuadrilla de artistas de la historia, dudar al Alejandro Sanz del toreo, y andar aperreado, como un tejela más, al mismísimo Talavante.

Quizás la diferencia no esté en el arte con que se manejan unos u otros; sino en el que demuestran temporada tras temporada sus mentores, esos artistas.


8 comentarios:

  1. Sin fartale la razón en su comentario, lo que no entiendo que hace usted Don Antonio, que no manda usted a todo esto por allí donde amargan los pepinos, entonces me demostrara usted su inteligencia, pero mientras se esté haciendo el "primo" un día si y el otro también, no entiendo nada.

    Un saludo

    J. P. L

    ResponderEliminar
  2. Padilla es de Jerez y tiene su arte ,un arte que anyes no exhibia ante las duras corridas y que dejo a un lado para explotar el veta populista que le ha hecho rico merecidamente.Con el torito de las figuras no sé si nos va a contentar, destapando el engaño, descubriendo que nada tiene importancia si no hay toro.

    ResponderEliminar
  3. JPL, es más fácil quitarse del Ducados que de los toros. Y cuando estas apunto de hacerlo, harto y aburrido, te tropiezas en un pueblo donde cristo perdió el gorro, con un toro bravo y un gran torero, y te vuelves a reenganchar. Esto es una droga.


    Revisor, estoy completamente de acuerdo, y tengo la teoría de que todos tienen su arte (sin ser Morante, claro), que solo hay que ver los muchachos de las escuelas taurinas lo bien que torean de salón. Lo que pasa que el toro de carretón, el noblísimo de verdad, sólo lo torean unos pocos. Me pregunto que pasaría, como está pasando ahora con Padilla, si pudiésemos ver a muchos más toreros humildes en corridas como ésta, seguro que estarían la mar de bien, y gran parte de la afición se preguntaría donde tendría metido fulanito de tal tanto arte, que nunca se la había visto...

    No sé si me explico, es un arte un poco impostado, pues recae sobre todo en la condición del animal, que debe parecerse lo menos posible a un toro de verdad...


    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Antonio:
    Mira por donde, estoy de acuerdo con lo del primer comentario. ¿Por qué no lo dejas? Igual es porque esto para ti no es una afición, es mucho más, quizás porque te tendrían que cambiar toda la sangre de golpe, pero también puede ser, que yo creo que sí, que te apasiona tanto esto que no te cansas de pelear por la mejora, por intentar que esto sea lo que muchos creen que debe ser y que algún día fue. El volver a vivir su grandeza y a ver si de una vez se arrincona la mentira, la vulgaridad y ese excesivo interés de los taurinos. Vaya, al final veo que me acabo alineando con tus pensamientos talibanes. Con lo fácil y cómodo que nos resultaría que nos gustara todo o casi todo, ¿verdad? Pero para eso hay que nacer.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Don Antonio, le entiendo perfectamente a usted y a Don Enrique, y estoy de acuerdo con usted de que esto del toro es una hermosa droga, pero lo de hermosa ya se perdio para quedarse solamente en droga.

    Yo también he sido drogadicto taurino, pero la diferencia con ustedes es que soy bastante mayor que ustedes y a ciertos años cualquier clase de droga no sienta demasiado bien, incluso hasta la taurina.

    Actualmente la Fiesta está atravesando por momentos de autentico fraude y en este timazo colaboran TODOS, incluso los aficionados con su "paso por taquilla".

    Como ustedes tienen más vida por delante que yo, lo único que les puedo desear es que sus críticas por una Fiesta pura y sincera, tenga sus resultados positivos y que no sea predicar en el desierto.

    Un abrazo para todos en especial para Don Antonio y Don Enrique.

    J. P. L

    ResponderEliminar
  6. D.Antonio,éste drogadicto que es incapaz de aguantar la dosis completa de lo que cada tarde nos suministra el Canal Más ,proclama, que mi sintonía con éste comentario ,por si solo,aparte la trayectoria de és Cuaderno,es tal que bien se merece una invitación en CHIKITO hacedera el día y hora,a no mucho tardar, que mejor venga,que estoy dispuesto a sufragar con sumo placer y en la que discutiremos si darle gusto al Sr.J.L.P, o seguir haciendo lo que nos salga de la entretelas y más si es en la casa de uno,en éste caso la tuya.
    Esto no es una faena de Manzanares ni de Ponce,ni un brindis al sol; ésto es un envite sincero de un aficionado que quiere conocerte y está dispuesto a ello.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Se lo agradezco, Franmmartín, le tomo la palabra y apunto esa convidá para cuando esté un poco mejor (tengo una pierna rota).

    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Espero pronta mejoría.Me gustaría que me apearas el Vd. y en un tiempo prudencial volveré a recordar el asunto.
    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar