No vamos a redundar en lo mismo de siempre, en el vendedor de brebajes crecepelo que está hecho, en que el toro le importa un pimiento, que ahí están Valencia y Nimes para dar fé de ello, en lo cursi y amanerado de su discurso, emponzoñado en hacer del toreo y, lo que es peor, del Toro, una cursilería para snobs que con el tiempo no será sostenible en esta sociedad -no es tolerable el dolor, la tortura y la muerte pública de un animal para el mero divertimento de la masa si no hay unos mínimos, en cuanto al Toro y su lidia-.
Le deseamos, implorándonos a los dioses si es menester, la derrota. Porque su victoria es nuestra ruina.
¿Tu crees que se la adjudicarán? Yo no lo veo factible. Todavía hay un sentimiento patriotero en todo esto. Saludos.
ResponderEliminar