Tercio de muerte en Interior. Jim Hollander. REUTERS |
Hoy hace diez años que Antonio José Galán nos dejó. Valga como homenaje, el recuerdo de Carlos Polite de la diabólica tarde, julio del 73, con los Miuras en Pamplona:
...A partir de la lidia del quinto burel las nubes de tono tenebroso se aposentaron encima de nuestras cabezas y alguien dio la orden de apertura de las compuertas de aquella masa acuífera . Anocheció súbitamente y los alamares del torero mostraban fulgores parecidos al fuego fatuo de San Andrés . Entre rayos, truenos escalofriantes y centellas, Galán se enfrentó al negro mulato que chapoteaba por el coso al trotecillo lento y extrañado de que aquel extraño ser bípedo le enseñara en sus belfos un trapo deslucido con el que le estaba tomando el pelo en plan fino . Importuno embestía con cadencia y los pases se repetían con cadencia . Los tendidos asemejaban bancales por donde la pañí se deslizaba sin desmayo .Este menda chirriado estaba resguardado en grada observando alucinado cómo Galán toreaba sin zapatillas, y cuando ya la muleta era un pingo inservible, la arrojó a la badina, se perfiló a cuerpo limpio, adelantó el estoque a la altura de su bravo corazón y buscó y encontró la cuna de la cornucopia del noble burel.
Galán consiguió una estocada de época y salió despedido hacia la grupa del toro . Todos pensamos que la frágil anatomía del matador se había partido en dos . Nada de eso . Galán reapareció entre los cuartos traseros de su agónico enemigo, que se limitó a mirar al héroe y morir despatarrado a sus pies .Aquello fue lo más telúrico que vieron los siglos . Le otorgamos al de Bujalance las orejas, el rabo, y si se empeña, el solomillo del toro . Todo el planeta de los Toros se hizo eco del suceso . Fueron momentos inolvidables, que recuerdan a los héroes que soñamos siendo niños . Son los gestos que solamente los toreros con el valor de un titán son capaces de interpretar . Nos consta que Antonio José Galán guarda en su memoria como un tesoro, el momento cumbre de su tarde pamplonesa y sanferminera . Que así sea.
Antonio:
ResponderEliminarNo sabes como se ponía el público de Madrid cuando veía que tiraba la muleta al suelo. Lo demás ya se sabe, se tiraba sobre el testuz, revolcón y estocada. A mi no me gustó nunca, pero la afición y ganas que le echaba eran envidiables, aunque tomó el camino del espectáculo, en lugar del clasicismo y toreo bueno.
Un saludo
Eso que dices da para mucho. Y yo no tengo muchos argumentos, pues no llegué a verlo, para juzgar su toreo. ¿Se puede hacer un toreo bueno siendo heterodoxo? Yo creo que sí. ¿La heterodoxia es siempre "destorear"? Quizás no siempre. Miguelín o Chamaco pueden ser un ejemplo de esto que digo. Lo que no se yo si Antonio José Galán era un "gran torero extravagante" o "gran torero ventajista". (Heterodoxia contra destoreo)...
ResponderEliminarPor cierto, era muy amigo de Juanito, QEPD, aquel fuengiroleño que, como tu, se hizo muy madridista después de ver las miserias del Atleti.
Saludos
Es mi opinión, espero que no vengan los cabreados crónicos y me den caña.
ResponderEliminarGalán era extravagante y muy valiente. No se aliviaba nunca y si quieres compararlo, más se parecía a Chamaco que a Miguelin.
De capa no decía mucho, pero con la muleta en la izquierda, te emocionaba y eso que casi siempre toreaba corridas duras.
Saludos
Galán fue un torero de mí juventud teníamos la misma edad aproximad-amente nacido en la provincia de Córdoba como yo, se marcho su familia de Bujalance a Fuengirola, donde se hizo torero, su padre era "Compadre" de Rafael Ortega, el cual ayudo y apoyo sus inicios.
ResponderEliminarA mí entender podría tener algunas carencia pero tenia un valor espartano, y creo que tomo ese camino para ser un torero diferente; en esa época también salio Ruiz Miguel apoyado por Rafael Ortega y Paco Ortega primo y mozo de espadas de este.
Creo que en el valor y la entrega de Galán y Ruiz Miguel influyo bastante el maestro Ortega.
Definitivamente, leyendo a Malagueto y Juanito, pienso que Galán me hubiese gustado. Y me parece curioso el detalle de que un torero tan puro y clásico como Rafael Ortega pudiese influir de esa manera en un tío tan "diferente" como fue Galán...
ResponderEliminarSaludos
Le vi torear y conocí personalmente a Antonio José Galan en Fuengirola, y como dice Malagueto era extravagante pero muy jovial. Un gran tipo. Su mejor temporada fue la 1973-74 donde logró sonoros triunfos en Sevilla, Pamplona y Madrid. Copando los primeros lugares del escalafón.Torero valentísimo y respetado por el público de Madrid que le vio torear. A parte de su forma de entrar a matar, toreaba francamente bien con la muleta. Su hermano Alfonso era mejor torero, con más clase, pero desafortunadamente un cornalón en Madrid truncó su carrera.
ResponderEliminarSaludos