martes, 4 de mayo de 2010

¿Qué ven los veedores?




Vestigios de un triunfo de JT en Albacete. Como se puede imaginar el lector, al veedor de la empresa Serolo, podrían ponerle un kiosco para vender cupones en cualquier esquina. Vía: Salmonetes




¿Donde se estudia para veedor? ¿Hace falta el antiguo COU o te vale ya con la ESO? Y sobre todo, para aclarar las dudas de aquellos agnósticos que sólo creemos que lo vital para la Fiesta es un Toro y un hombre que quiera ponerse delante con un mínimo de ortodoxia, ¿qué es lo que ve un veedor?


Buscando un poco información del tema, pues este oficio permanece a unos de esos ministerios creados por el taurinismo de los que poco o nada me importan, he leído, no sin cierta incredulidad, que es uno de los personajes más importantes del mundillo, que su sabiduría es magnánime y que actúan como agente engrasador del triunvirato ganadero - empresa - torero. Vamos, que la próxima vez que pase delante de mi un veedor, me postraré ante él como si estuviese ante el mismísimo José Tomás, hijo predilecto de la Virgen de Guadalupe e hijo pródigo de Aguascalientes.


Ahora bien, la realidad, la de verdad, o lo que es lo mismo, la que paga el aficionado es bien diferente. Véase este mismo año, por no ir más allá, Valencia y Sevilla. Qué de un ciclo como el sevillano de dieciseis festejos, en sólo cuatro o cinco los animales estén en consonancia con el caché de la plaza, es una vergüenza mayúscula. Lo peor de todo es que hay cierto sector de aficionados sevillitas que presumen de ser los únicos en saber apreciar `el toro bonito y armónico´.En Valencia van a peor las cosas. Simón Casas, erúdito, autonombrado por él mismo, de la cultura y el arte mediterráneo se va a ocupar de sustituir las corridas de toros por erizadas populares. Total, si los hay negros, son chiquititos y pinchan, en algunas zonas costeras ya estan llamando a estos equinodermos como cuvillos de mar. Feria de.., bueno, primera de las muchas y malas ferias que programa Choperita en Las Ventas: las dos corridas desechadas. Tal cual, ni interés del aficionado ni gaitas. Si no se aprueba el gato como animal de lidia pues se llama a otra ganadería gatícola, a poder ser barata, y a trincar. Que ya lo dice el refrán: el que tiene vergüenza ni cena ni almuerza. Un año, me cuentan, que se tiran los veedores por esos campos de Dios, pasando fríos y calores, reventando cuentakilómetros por carretera, barro y páramos, para que luego un veterinario, que apenas ha estudiado unos cuántos años en la Facultad, venga y te diga, a ti, con tu currículum lleno de faenas y favores a los taurinos, que ese toro, el coloraíto pitorrito, no vale para esta plaza. Y lo mismo con el burraco bajito, el negrito que es un tacazo y el jabonero que es una pintura.



Existen unos cuántos tipos de veedores, también llamados por los más modernos equipo de campo. Los que van asalariados con los toreros, o con las figuras, son los más competentes. El serrucho, los muecos, las visitas antes de los embarcaderos, los mangoneos y en ocasiones, hasta el soborno, lo manejan con maestría. Supongo que es a esta clase de veedor a los que se refieren cuando los llaman `elementos´ importantísimos de la Fiesta. Sus consignas en la finca: `ese tiene mirada de loquito, quitámelo´, `un poquito descarao, no me lo eches´o `el bastito ese desiguala la corrida por arriba, amos a no cargarlo´.


Los que trabajan para una empresa, como lo era Florito, podríamos decir que tienen el amargo encargo de bajar a la dehesa como el que va al Corte Inglés en enero: buscando el descuento, un polito que se vea que es de Lacoste, pero que sea de saldo y no se le vea mucho el costurón . Esta es la única razón viable por la que se explican los líos de corrales que se sucecen cada dos por tres en Madrid, por ejemplo. Pudiera ser que hubiera otras razones, pero quedan desestimadas, porque como todo el mundo sabe, los taurinos son honestos y no hacen negocios por amiguismo ni se aprovechan del momento de debilidad que pueden estar pasando algunas determinadas ganaderías. ¿Cuántas cabezas de camada acaban en Las Ventas? ¿Y cuántas ganaderías con toros en stock, por tanto baratos, lidian en Madrid? ¿Porqué ha vuelto, este año sí, Partido de Resina? ¿Porqué nos quedamos sin ver El Pilar? Dinero, dinero y más dinero. Y los billetes cuántos más gordos, mejor. Eso es lo único que quieren ver.



Placa en honor a El Potra colocada en el Patio de caballos de la plaza de toros de Iruña.





Por último, cabe hacer una excepción ante la cantidad de conocedores, que es como hay que llamarlos, de verdad que han cabalgado y envejecido por todos los rincones de la piel de toro. El último de esta especie, Miguel Criado Barragán `El Potra´, fue uno de los culpables de que los San Fermines sean conocidos como La Feria del Toro, una placa con su nombre en el patio de caballos le recordará para siempre. Con su muerte se dio finiquito a un oficio noble y respetable que muchos mercaderes de moruchos han terminado por prostituir.




Aquí, los únicos veedores que hacen falta, son los que nos sentamos en el tendido, a los que por desgracia, cada día que pasa, se nos va contagiando la ceguera de los taurodélticos.

1 comentario:

  1. Amen una vez mas,y quisiera decir que al Potra le leian la cartilla cuando algo no se hacia como mandaban los jefes, La misericordia. Hay alguna historieta sobre una corrida de Cebada que se llevo Bilbao. Tiene que ser un trabajo muy bonito del de veedor.

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