Circo: Lugar donde se permite a caballos, ``ponies´´ y elefantes, contemplar a hombres, mujeres y niños en el papel de tontos.
Diccionario del Diablo. Ambrose Bierce
Juanpedrito de hoy. Dice caca, mamá, papá y se tira pedos. Los artistas no quieren ni verlo en el sorteo.
Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Novena de abono. Casi lleno. Toros de Juan Pedro Domecq para Julio Aparicio, Morante de la Puebla y Cayetano.
El matadero y al estofado. Y seguro que amargaría como la retama. Eso es para lo que vale la ganadería de Don Juan Pedro Domecq Solís. Este señor está enviciado en la fama, la gloria y la guita. Es un onanista que disfruta aliviándose a costa del dinero y la paciencia del aficionado. No le importa nada más que verse anunciado con todas las figuritas de pitiminí, le gusta la farándula más que a un tonto un lápiz. Un depravado del antitoreo. Un ladrón de guante blanco. Y eso que robar no es fácil, es un arte que requiere destreza, precisión, técnica y tener la cara más dura que el hormigón armado. Cualidades todas ellas reunidas por la divinidad en el ranchero sevillano. Lo que ha llevado hoy a Fallas roza el esperpento, se ha reído una vez más en la cara de unos cuantos miles de adocenados e iletrados espectadores. No voy a relatar las características comunes que comparte un toro bravo con los animales amorfos de JP (que se podrían contar con los dedos de una mano, sobrando algunos), sólo es cuestión de ver ese quinto, animal de desecho que se conoce los corrales de media España. Al final, después de hacer más kilómetros que el baúl de la Piquer, ha ido a caer aquí. Ganado de salgo a precio de plaza y feria de primera. Y sin embargo, los públicos tragan. Eso sí, si mañana van al Mercadona y les ponen el boquerón un poco chiquitito les graznan al pescadero: ``¡Pezqueñines no, gracias!´´. Eso contando que no terminen llamando al SEPRONA. No es cosa de ignorancia, ni de vergüenza, el motivo real es que la gente viene a que le corten la entrada para después enseñarla en el bar; para ver si con un poco de suerte me sacan los del Plus, si es mientras fumo un habano, y sonrío con mis centelleantes Rayban puestas mucho mejor. Que me vean que me van bien los negocios y soy hombre de pudientes. ¿y los toros? ¿qué toros?
De Julio Aparicio ya vimos todo lo que teniamos que ver. Verlo mendigando corridas, esquivando el toro y la muerte, mientras colma sus bolsillos, nos deja un mal sabor de boca a aquellos que algún día lo amamos. Se ha convertido en otra de esas queridas acogidas y subvencionadas por José Tomás: Manolo Sánchez, el Tato, Finito de Córdoba o Javier Conde. Además, mal vestido y peor peinado. Parecía un cajero del Alcampo en vez de un matador de toros.
Morante, ¡ay Morante! se te ha acabado el bulo. Dentro de veinte años, cuando siga toreando entre sus eternas dudas y sigan las manifestaciones de amor idílico de sus partidarios, seguirá dando la murga con que una vez toreó una de Victorino. Hacerle monerías a un gato ni es arte ni es nada. Lo mismo hacía Ángel Cristo y no hay nada más que ver como ha acabado. Si a Ponce, José Tomás o el Juli se le recrimina que no toreen más encastes, con el de la Puebla no puede ser menos.
Cayetano ha sido el cuarto novillero con caballos que ha toreado en Fallas. Sin sitio, perdido e inseguro. Verlo ocupar los mejores carteles de las mejores ferias describe con bastante nitídez el momento actual de la Fiesta. No importan los toros, no importan los toreros, tampoco importa lo que pase en el ruedo. Importa poder contar que has visto a Fulanito o a Zutanito y que se han cortado dos espuertas de orejas. Y de vez en cuando, asistir a una cornada y contarlo con pelos y señales, que se note que eres un trotamundos que no te asustas de nada.
Mañana, doble sesión. Por la mañana caballitos. Y por la tarde los Cuvillos con Ponce, Castella y Manzanares. Gran signo torista el que ha cogido la feria en estos dos días: Juan Pedro - Capeas demochados para rejones - Cuvillos. Los barberos no tienen que estar sufriendo mucho la crisis...
Le felicito por su crónica, más claro y mejor no se pueden decir las cosas.
ResponderEliminarJ.Carlos
No creo que sea únicamente culpa de Juan Pedro. Ese pseudo-ganadero de bravo no hace más que proveer los bichos que requieren los toreros machos (??). Estos últimos se la juegan a que salga por ahí una cabrita boba, con algo de fuerza, y que les toque en suerte. Claro que el ganadero podría anteponer su pundonor a su bolsillo, pero eso es una utopía.
ResponderEliminarCreo que, como alguna vez ocurrió en la Plaza México, el público, al ver que la farsa alcanza límites insoportables, debe silenciosamente ponerse de pie y darle la espalda al ruedo hasta que el animalito pase a mejor vida. Y así, una y otra vez, aunque no sirva de nada...
Y estos señores que van de luces ¿no se darán cuenta que nada de lo que hagan va a servir para nada si falla el toro? Lo de darse la vuelta me parece una opción estupenda, pero hay que tener cuidado de como se lo toman los fans del torerillo de turno, porque los señores del 7 en Madrid, hace años casi salen a gorrazos ppor intentar hacerlo en las Ventas. Si lo hiciera toda la plaza, aún.
ResponderEliminarCreo que esto ha llegado a un límite que no se puede aceptar. El señor Juan Pedro Domecq se tendría que comer sus toros si no los pudiera colocar en ningun cartel. Los que se ponen delante son los auténticos culpables. Lo de Morante es ya un escándalo que se tapa por la cantidad de partidarios y por ese duende que saca algunas tardes. No le pido que toree corridas duras, pero es que se ha vuelto un coletilla incapaz de matar algo que no sea domecq o nuñez y sea bobo y noble. Porque si da la casualidad que le toca en suerte el encastadito, tira por la calle de enmedio y que salga el sol por Antequera. Menuda decepción de torero.
ResponderEliminarSaludos
Después de lo leído ¿qué más se puede añadir?.
ResponderEliminarPero bien mirado sí se puede añadir algo que servidor ya ha hecho y que no es dar la espalda al esperpento, sino dar un pasito más y quedarse en casita o en el bar o en la leche que mamé,antes de hacer ricos a ésta pandilla de granujas.
El problema es el de siempre:El pueblo tiene las llaves para arreglar muchas cosas pero no las usa.
Parece que nos gusta más la queja y el lamento.
Aunque ,la verdad,y salvo en las Ferias, a los toros no va ya ni el Tato y a veces,muchas veces,más de cuatro veces ,los feriantes que acuden en masa,lo más parecido a una corrida de toros que han visto, es el anuncio de "la vaca que rie" esa, pintada de azul.
Fran Martín, totalmente de acuerdo con su idea de no acudir a corridas donde exista el fraude. No pienso subvencionar con mi dinero estos festejos que añaden un pasito más a la abolición de la tauromaquia tal y como muchos la entendemos.
ResponderEliminarSaludos