Sr. Díaz, le felicito por su labor de dinamitero de la estulticia. Yo, ante las declaraciones del hombre este, no he podido controlarme, la bilis ascendió rápidamente hasta la boca, y publiqué "Ratas y mamarrachos". Más claro el agua...
Que a este señor le gusta ver torear cabras invalidas, es su problema. Y sue sale aburrido de ver tres toreros machos en frente a 6 toros-toros, o bién, él se equivoca, o bién yo me equivoco. Pero en esas condiciones, no nos debemos extrañar de los problemas insolubles para ella que encontra la fiesta brava. Si la lidia verdadera fastidia los seudo-aficionados hasta el aburrimiento, la causa taurina es perdida. Qué pena leer ver, leer, oir, tantas tonterias Pedrito
Ya que los señores de Burladero no saben diferenciar dejemoslo claro: Este señor se llama, y se anunciaba en los carteles, Javier Clemares. Su abuelo si es Don Javier Pérez-Tabernero. Un abrazo, Antonio.
He editado el post, pues dí por consabido que el lector sabría que este personaje no es el auténtico Javier Pérez Tabernero, este es su nieto, que llego a tomar la alternativa y que desde hace unos años es el representante legal de la ganadería. Aclarado queda pues, gracias a Vicente por estar siempre al quite.
Lo que no tiene explicación es como en Burladero colocan un vídeo con este contenido, que además salta sólo con entrar a la página, durante varios dias seguidos. ¿Estaran allanándole el camino a Don Bull? ¿Javier Clemares Pérez Tabernero es su telonero, como en los conciertos de rock? Lo peor de todo no es que existan estas criaturitas, sino que les den voz y voto.
A mi me llama la atención la frase "Quiero que el torero cuando vaya a la plaza disfrute, no que pase miedo", que dicho sea de paso no deja precisamente en buen lugar a quien ha sido torero.
Me llama la atención porque he leído y oído frases similares demasiadas veces. Gente que acusa a determinados aficionados de ir a la plaza a pasar miedo (o a ver cómo lo pasan los de luces) o directamente desear que el toro coja al torero: Falacias malintencionadas.
No conozco a nadie que le guste ver a un torero pasar miedo (miedo más allá de lo razonable, se entiende, digamos terror) y mucho menos verle herido. A mi me disgusta ver como un toro se apodera del ruedo, cunde el caos, los toreros pierden en control y el animal se hace dueño de la situación llevando el terror a la arena.
Pero no le echemos de eso la culpa a la casta y a la bravura (y por tanto no pensemos que quien demanda casta demanda terror). La culpa es de profesionales mal formados que en la mayoría de los casos no saben lidiar y se limitan a componer la figura. La culpa es de toreros que corrida tras corrida se ponen delante de borricos con cuernos y cuando, por casualidad, sale un toro de verdad ya no saben qué hacer. La culpa es de quien pretende que los toros parezcan salidos de una cadena de montaje, todos igualitos, porque así los matadores acaban por no tener recursos.
en fin, todo nos lleva a Don Bull.
ResponderEliminarSr. Díaz, le felicito por su labor de dinamitero de la estulticia. Yo, ante las declaraciones del hombre este, no he podido controlarme, la bilis ascendió rápidamente hasta la boca, y publiqué "Ratas y mamarrachos". Más claro el agua...
ResponderEliminarUn saludo
Está claro que el cáncer lo tenemos dentro de la Fiesta, así nos va.
ResponderEliminarEntre este "delicado" y el clan Romero vamos apañados.
ResponderEliminarAmaneramiento y amariconamiento supino es lo que nos espera en las plazas de toros.
Saludos
Que a este señor le gusta ver torear cabras invalidas, es su problema. Y sue sale aburrido de ver tres toreros machos en frente a 6 toros-toros, o bién, él se equivoca, o bién yo me equivoco.
ResponderEliminarPero en esas condiciones, no nos debemos extrañar de los problemas insolubles para ella que encontra la fiesta brava. Si la lidia verdadera fastidia los seudo-aficionados hasta el aburrimiento, la causa taurina es perdida.
Qué pena leer ver, leer, oir, tantas tonterias
Pedrito
Ya que los señores de Burladero no saben diferenciar dejemoslo claro: Este señor se llama, y se anunciaba en los carteles, Javier Clemares. Su abuelo si es Don Javier Pérez-Tabernero.
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio.
He editado el post, pues dí por consabido que el lector sabría que este personaje no es el auténtico Javier Pérez Tabernero, este es su nieto, que llego a tomar la alternativa y que desde hace unos años es el representante legal de la ganadería. Aclarado queda pues, gracias a Vicente por estar siempre al quite.
ResponderEliminarLo que no tiene explicación es como en Burladero colocan un vídeo con este contenido, que además salta sólo con entrar a la página, durante varios dias seguidos. ¿Estaran allanándole el camino a Don Bull? ¿Javier Clemares Pérez Tabernero es su telonero, como en los conciertos de rock? Lo peor de todo no es que existan estas criaturitas, sino que les den voz y voto.
Saludos a todos.
A mi me llama la atención la frase "Quiero que el torero cuando vaya a la plaza disfrute, no que pase miedo", que dicho sea de paso no deja precisamente en buen lugar a quien ha sido torero.
ResponderEliminarMe llama la atención porque he leído y oído frases similares demasiadas veces. Gente que acusa a determinados aficionados de ir a la plaza a pasar miedo (o a ver cómo lo pasan los de luces) o directamente desear que el toro coja al torero: Falacias malintencionadas.
No conozco a nadie que le guste ver a un torero pasar miedo (miedo más allá de lo razonable, se entiende, digamos terror) y mucho menos verle herido. A mi me disgusta ver como un toro se apodera del ruedo, cunde el caos, los toreros pierden en control y el animal se hace dueño de la situación llevando el terror a la arena.
Pero no le echemos de eso la culpa a la casta y a la bravura (y por tanto no pensemos que quien demanda casta demanda terror). La culpa es de profesionales mal formados que en la mayoría de los casos no saben lidiar y se limitan a componer la figura. La culpa es de toreros que corrida tras corrida se ponen delante de borricos con cuernos y cuando, por casualidad, sale un toro de verdad ya no saben qué hacer. La culpa es de quien pretende que los toros parezcan salidos de una cadena de montaje, todos igualitos, porque así los matadores acaban por no tener recursos.