sábado, 5 de junio de 2010

Enrique Ponce y Lironcito

Lironcito, en el Museo Taurino de Valencia.


No soy dudoso: de Ponce, ni los andares. Pero hubo un día, un oasis en el desierto, que estuvo colosal, dominador y bravo. Adjetivos que jamás volvieron a coincidir en una plaza con el valenciano. Así lo contó Don Joaquín Vidal en El País:


PONCE, VALIENTE Y TORERO


Valiente Enrique Ponce; valiente y torero estuvo en el sexto toro, al que cuajó una faena emotiva e inspirada. No se esperaba tanto. El toro desarrollaba sentido por el pitón derecho y Ponce estaba empeñado en torearlo ahí, pese a los avisos que recibió en forma de tornillazos y achuchones. Cuánto de bueno le vería, se ignora. Hasta que le desengañó una aparatosa voltereta.Y se echó la muleta a la izquierda...


Se echó Ponce la muleta a la izquierda y vino el alarde de valentía para aguantar las primeras embestidas inciertas, de técnica bien aprendida para llevarla hasta donde era menester, de poderío para acabar embarcando con hondura y templanza. Una teoría de ayudados coronó aquellas tandas emocionantes y no hacía falta más: el toreo estaba hecho, el toro dominado, el público enardecido, el triunfo ganado a ley.


Mas a Enrique Ponce debió saberle a poco y continuó la faena: nuevos derechazos al albur de que el toro mantuviera el resabio de ese lado, otra vez los naturales algunos de los cuales le salieron excelentes -si bien los iba desgranando sin ninguna ligazón-, el molinete, los pases de pecho, los ayudados... Todo ello tenía mérito, es evidente; pero el toreo no fue jamás -nunca debería ser-, la historia interminable. Tardó en matar y no sucedió nada contrario a sus intereses pues había en el palco un presidente con reglamento particular que le envió un aviso en el tiempo previsto para dos. Ese presidente, que se llama el señor Valderas, está autorregulado.













Mis agradecimientos al señor Sol y Moscas por facilitarme la crítica de Vidal.

3 comentarios:

fabad dijo...

Antonio, en absoluto soy de Ponce (ni del Fandi) pero cuando las cosas se hacen bien hay que reconocerlas. Ponce es el torero que mas veces ha engañado al público sacando la barriga a toro pasado y echando el toro hacia fuera y cuanto mas lejos mejor.
Pero Lironcito no ha sido el único de su carrera. Siempre que ha tenido enfente un Toro que se lo quería comer, ha sacado sus privilegiadas dotes y ha podido y demostrado su capacidad. La pena ha sido que los públicos (casi todos) le han cantado los falsos "cartuchos de pescao" y sus diarias inspiraciones de barriga fuera. No te sorprendas, en este caso creo que la permisividad de los públicos han dado lugar al engaño continuado. No digo de los aficionados hablo del público (con todo el respeto).
No tengo memoria para cantarte sitios y nombres pero hay bastantes Lironcitos. Conste que hoy, creo que ya ha terminado su ciclo y solo engaña... En Granada el lunes sin ir mas lejos ESTAFA.

Antonio Díaz dijo...

Eso es lo malo de un torero, Paco, yo también se que hay más Lironcitos, pero no los recuerdo. ¿quién va a recordar las faenas de Ponce dentro de veinte años? Nadie, no va a dejar huella. Si acaso, negativa. Será por culpa de mi mala memoria o de su carrera, tan larga. En Bilbao ha tenido actuaciones importantes de verdad. Sin embargo, la que más recuerdan sus seguidores es la faena de Sevilla, a un Zalduendo (no estoy seguro) en la que `dicen´que si no lo hubiera pinchado le hubieran pedido el rabo.


De Granada hay que hacer una reseña aparte. No sé si exagero, pero es de las plazas de segunda más devaluadas en cuánto a presentación de los toros y exigencias del público. Se necesita un cambio, un nuevo empresario que no esté casado con El Fandi ni con las figuras. Urge una feria con carteles más abiertos y toros `normales´, que tampoco queremos hacer aquí la Feria del Toro en dos días, pero todo tiene un límite y este año se ha vuelto a cruzar.



Saludos

Anónimo dijo...

Lástima que este torero de mente privilegiada sólo nos haya deleitado unas poquitas veces, a lo largo de su dilatada carrera, con faenas de este tipo.

J.Carlos